Suicidio

Al amanecer del 30 de abril de 1945, Hitler pidió reunir a todo el cuerpo médico y se despidió de él, ante la estupefacción y sollozos de los presentes. Según Junge, Hitler quedó contemplando pensativo un cuadro del Federico el Grandeen su despacho y luego a continuación ordenó que el personal que no fuese indispensable abandonara el Búnker.

Ya retirado el grupo, Hitler hizo llamar a Otto Günsche y a Heinz Linge, sus ayudantes, y les dio estrictas instrucciones de cómo debían actuar en el momento del suicidio y qué hacer con su cuerpo y el de Eva Braun.
Günsche inició los preparativos y llamó a Erich Kempka, el chófer de Hitler, para que de inmediato subiera bidones de gasolina hacía la salida del jardín de la cancillería.

Hacia el mediodía, se reunió con sus secretarias y almorzó silenciosamente una comida basada en pastas; luego se despidió de cada una de ellas regalándole una cápsula de cianuro.

Posteriormente se despidió de la familia Goebbels, sin hacer caso a las peticiones de Magda Goebbels de no cometer suicidio.

Hacia las 15:30 horas, Hitler y Eva Braun se reunieron frente a la sala de mapas contigua al despacho privado y se despidieron de sus edecanes, Heinz Linge y Otto Günsche, quienes cerraron la puerta; un par de minutos después se escuchó un solo disparo ahogado.

Los edecanes esperaron unos 15 minutos y encontraron a Hitler doblado sobre sí mismo en un sillón exhibiendo una mueca deformada en su boca, con una pistola Walther PPK de 7,65 mm caída de su mano derecha y con un hilo de sangre manchando la cara del líder.

Eva Braun no alcanzó a percutir su arma y estaba tendida a lo largo del diván con los ojos aún abiertos; el efecto del cianuro no le permitió el uso del arma.

Linge relató de primera mano lo que vio en el despacho de Hitler:
Cuando abrí la puerta de su habitación, me encontré con una escena que nunca olvidaré: a la izquierda del sofá estaba Hitler, sentado y muerto.

A su lado, también muerta, Eva Braun, en la sien derecha de Hitler se podía observar una herida del tamaño de una pequeña moneda y sobre su mejilla corrían dos hilos de sangre.

En la alfombra, junto al sofá, se había formado un charco de sangre del tamaño de un plato. Las paredes y el sofá también estaban salpicados con chorros de sangre.

La mano derecha de Hitler descansaba sobre la rodilla, con la palma mirando hacia arriba. La mano izquierda colgaba inerte.

Junto al pie derecho de Hitler, había una pistola del tipo Walther PPK calibre 7,65 milímetros.

Al lado del pie izquierdo, otra del mismo modelo, pero de calibre 6,35 mm.

Hitler vestía su uniforme militar gris y llevaba puestas la insignia de oro del Partido, la Cruz de Hierro de Primera Clase y la medalla de los heridos de la Primera Guerra Mundial; además, llevaba puesta una camisa blanca con corbata negra, un pantalón de color negro, calcetines y zapatos negros de cuero.

Con información wikipedia.com