Las guaguas anunciadoras han sido una forma económica de publicitar “a voz alta” desde hace un par de décadas. Pensé que ya para este tiempo no iban a existir, pero aun las vemos y las escuchamos todos los días interrumpiendo la tranquilidad y el sueño de nosotros.

Desde mediado de Diciembre parece que salieron unas que estaban escondidas. Para esta época se anuncian las fiestas de la temporada navideña, actos políticos, entre otras actividades de “interés”.

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Hoy 25 de Diciembre, escribo este artículo porque ya me canse de que esas molestosas e imprudentes promociones despierten a mis niñas mientras ellas toman una siesta y uno descansa. Hoy no pude creer que a la 8 de la mañana una de estas fastidiosas, anunciando la fiesta de Anthony Santos, pasó por el frente de mi casa con el volumen más alto que otras, despertándonos a todos. Que pique!

¿No se supone que hay un horario para estas salir a las calles? Según tengo entendido, es de 8 de la mañana a 12 meridianos y de 2 a 6 de la tarde, pero NO en días feriados. Hoy estaba la mayoría de personas durmiendo su resaca luego de fiestear y beber celebrando la Nochebuena.

De igual modo, hace unos días anunciaban la “cena con el pueblo” de la Gobernación Provincial, el chofer que anunciaba no tenía, o no entendía, el horario porque ese pasaba mucho antes de la 8 de la mañana con su algarabía de ese gran evento.

Si no es una guagua, es la música alta del colmado de la esquina o un carro a to’ lo que da con una música altísima, nos van a poner locos con esta contaminación auditiva!

Y como dice nuestro amigo, Juan Vargas Lima: ¿Qué lo que tamos pagando?

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