Nunca está de más aprender cosas nuevas, y si se trata de relaciones íntimas, el temario parece más ameno y apetecible que nunca. Eso es justo lo que pensó Meagan Drillinger, redactora de 'Men's Health', cuando le propusieron acudir a una 'Blow Job School' o, en español, 'Escuela de felaciones' (sí, en inglés queda más chic el asunto, qué le vamos a hacer).

La joven asegura que aunque no necesitaba mejorar su técnica, pues según sus exparejas era muy buena proporcionando sexo oral, pensó que nunca estaba de más aprender cosas nuevas. "Creo firmemente en el valor de la educación superior. Así que cuando me ofrecieron la oportunidad de tomar una clase en una soleada tarde de sábado, me apunté rápido", asegura.

La sesión duró dos horas y media, y fue impartida por StripXpertease, una empresa neoyorkina, dirigida por mujeres y cuya pretensión es ayudar a las féminas a alcanzar su más alto nivel de confianza sexual.

"Llegué a la clase un poco tarde. Me esperaba encontrar los típicos pupitres de la secundaria, pero nada más lejos de la realidad. En cuanto entré, un instructor me saludó con una sonrisa. '¡Bienvenida, mi amor!', me dijo. Éramos un total de entre 18 y 20 mujeres, todas reunidas para aprender sobre sexo, un sábado. Frente a cada asiento había un programa con los detalles de la lección. En ese momento, supe que esta no sería una experiencia de aprendizaje común (sobre todo porque los escritorios estaban repletos de botes de lubricante y consoladores)", cuenta Meagan.

A continuación, recopilamos lo más llamativo que aprendió en su clase:

1) "No hay dos penes iguales"

"El día antes de la clase recibí un correo electrónico de la empresa en el que me indicaban que debía acudir a la escuela con mi propio vibrador". ¿El problema? Que Meagan no tenía ninguno, "y no estaba dispuesta a gastarme más de 80 euros en un pene falso para un experimento de un rato". Así que no se le ocurrió nada mejor que acudir con un pepino. "Lo que resultó ser un error".

La clase comenzó con lo básico. "El profesor nos decía que era importante hablar con el hombre sobre lo que querían antes de darles sexo oral, ya que, 'no hay dos penes iguales'. Lo que funcionaba con tu último novio puede no servir para el próximo. En resumen, que cada falo es especial y, por tanto, merece su propio repertorio oral específico".

2) "No son solo preliminares"

Si crees que las felaciones son solo el preludio de las relaciones sexuales, dale una vuelta. "Un elemento fundamental del sexo oral, que a menudo se considera un juego previo, es el hecho de tratarlo como si fuese el evento principal", dijo el profesor. "Entonces, si quieres que tu pareja preste a tu pene la atención que merece, probablemente deberías prodigarle atención con anticipación", añade la joven.

Algunos hombres dijeron en 'Reddit' que a ellos les gusta extender el placer y la diversión en la cama antes del coito, ya que, una vez que empieza saben que va a acabar pronto. Además, (a los buenos amantes) les excita mucho dar placer a la mujer, y ver cómo llega al clímax gracias a su buen hacer. A muchos, incluso, les encanta innovar con un juguete o lubricante. Jugar, en resumen. Saben que si esperan el tiempo suficiente, luego van a tener sexo de los que hacen historia.

3) "Poner un condón con la boca es fácil"

De ahí pasaron a un tutorial elemental con lubricantes y juguetes. "Hubo una pequeña guía sobre cómo poner un condón con la boca, que en teoría es sexy, pero no tanto cuando comienzas a llevarte tu pepino por delante con los dientes, y el condón rueda hacia arriba y se sale. Digamos que esa tarea en particular no se me dio bien".

4) "El lubricante está bien"

"Al contrario de lo que ves en la pornografía, pedirle a tu pareja que escupa en tu pene no es una buena idea, porque la boca se seca y la saliva no es un lubricante de larga duración. De acuerdo con el instructor, el lubricante mejora todo, y si se trata de uno con sabor, es aún más divertido para el que está dándolo todo".

Aunque muchas mujeres quieran usar lubricante, la experta Jessica O'Reilly asegura que todas deberían probarlos, al menos una vez en su vida. ¿La razón? Hace más emocionante el sexo y se puede hacer desde felaciones a practicar cualquier posición sexual. Los mejores son los que combinan agua y silicona.

5) "Hay que empezar tocando"

A pesar de que es algo muy común, no todas las mujeres lo ha hecho ni siquiera una vez en su vida. Si una es novata, los expertos recomiendan poner lubricante en la mano, agarrar el miembro viril masculino con una mano, entrelazar los dedos, aplicar cierta presión y acariciarlo de arriba hacia abajo. Si ella no está segura de estar haciéndolo bien, no tiene más que pedir indicaciones al hombre.

"El profesor nos enseñó que saber cómo usar la mano es casi tan importante como saber usar la boca (por eso hay que empezar tocando), y que la ayuda del lubricante, también para este menester, no está de más", asegura.

6) "Existen 37 maneras de tocar un pene"

"Si alguna vez has tenido que hacer un trabajo manual, el método parece bastante claro: hay que emular una vagina con las mano mientras se sostiene y se frota el miembro viril masculino. Pero hay más. Según nuestro instructor, existen exactamente 37 cosas que se puede hacer manualmente. Nos enseñaron muchos juegos, como apilar unas encima de otras y moverlas de adentro hacia afuera", señala.

Tampoco hay que "olvidarse de jugar con los testículos", pues "no están ahí como mera decoración". Se trata de introducir los testículos del hombre en la boca de la mujer. Los saca y los mete, como si se tratrase de una felación. Obviamente, para la mujer no hay ningún placer físico, más allá del disfrutar dándole placer a su pareja. No obstante, a la mayoría de hombres les encanta que les estimulen los testículos y el escroto.

7) "La garganta profunda es complicada"

El plato fuerte de la clase sucedió al final, con el capítulo de la garganta profunda. "Me di cuenta de que la mayoría de las mujeres se inscribieron en la clase justo para aprender a hacer eso. Probablemente hayas visto a muchas hacerlo en pornografía, pero no es una habilidad fácil de dominar. Para las personas que normalmente hacen felaciones, la garganta profunda es una actividad cargada de ansiedad mental y física: en pocas palabras, dan ganas de vomitar a quien lo practica", señala.

Para evitar que esto ocurra, el profesor sugirió que respiremos constantemente por la nariz, ya que contener la respiración propicia la aparición de arcadas aún más. "Apretar los abdominales es otra forma de detener las náuseas".

Por encima de todo, "la garganta profunda requiere de mucha práctica y de la voluntad de tener éxito. Probablemente también sea útil si en vez de un pepino estás utilizando un pene: cuando llegó el momento de probarlo, no pude aplicar mis habilidades de forma adecuada. Un pepino no es un pene. Afortunadamente, no estaba sola, ya que escuché muchas toses a lo largo del pequeño salón".

"Salí de la clase ese sábado por la tarde sintiendo que había resuelto dudas pendientes. Siempre pensé que hacía buenas felaciones, pero ver cómo el profesor se introducía en la boca un consolador de 18 centímetros como si se estuviera comiendo un sándwich, sin duda, hizo que me sintiera humillada. Resultó que sabía mucho menos de lo que pensaba, pero esa es la parte bonita de aprender: cuanto más sabes, más te das cuenta de que en realidad no sabes tanto. Sin embargo, sé una cosa con certeza: nunca volveré a mirar un pepino de la misma manera".

Fuente: https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2017-11-08/sexo-oral-clase-escuela-lo-que-hay-que-saber_1473827/