El busto es un importante atributo femenino y  bien dotado es sinónimo de sensualidad para los hombres. Sin embargo, no todas las mujeres le dan el cuidado que se merece y se olvidan de él para preocuparse de otras zonas del cuerpo, como el rostro o las manos, que están más a la vista.

Un gran error, sobre  si se considera que un estudio realizado en la Universidad de California (UCLA) concluyó que el tejido de las mamas envejece más rápido que el resto del cuerpo. Así, si el busto está sano, su tejido es entre dos y tres años más "viejo" que el de otras partes; pero si está enfermo, la diferencia de edad es más amplia.

"Si una  tiene cáncer de mama, el tejido sano que se encuentra cerca del tumor es en promedio 12 años mayor que el del resto de su cuerpo", afirmó Steve Horvath, profesor de genética humana y bioestadística de la UCLA, y director de la investigación.

Pero eso no es todo, porque además de envejecer más rápido, el busto es la principal víctima de la fuerza de gravedad. Así, la principal recomendación de los especialistas es ponerle atención desde que la mujer es muy joven.

Uno de los problemas más temidos es la flacidez, que puede aparecer por falta de tono de la musculatura pectoral y/o por pérdida de la elasticidad de la piel, esta última causada sobre todo por el fotoenvejecimiento.

En este sentido, Juan Arturo Sandoval, dermatólogo de Megasalud (Chile), explica que la piel de la zona del busto es más blanca y más delgada que la del resto del cuerpo, lo que la convierte en una víctima ideal de los rayos ultravioleta. Por esto, es importante usar protector solar tanto en el área del escote como en la de los senos, si es que por esas casualidades de la vida vas a exponerlos al sol, por ejemplo, si estás en un lugar donde se permita -y te animes- a hacer topless.

Según el especialista, en las pieles más oscuras se debe aplicar productos con FPS 30 como mínimo, mientras que en las más blancas lo indicado es una FPS 50.

La resequedad y falta de hidratación también son problemas que comúnmente afectan a las mamas, por lo que es fundamental cuidarlas con productos que contengan principios activos que las combatan. En el mercado se pueden encontrar muchas marcas de cremas orientadas a ello.

Sin embargo, si no tienes a mano una crema especializada -ni tampoco pretendes comprarla-, cualquiera que tenga propiedades hidratantes sirve para humectar el área. "La frecuencia mínima (de aplicación) sería una o dos veces al día, al igual que el resto del cuerpo, y no existe una forma especial de hacerlo, sólo que sea en forma homogénea", afirma el dermatólogo.

Para evitar la resequedad también se recomienda no usar jabón para asear la zona.

Cambios de peso, embarazo y lactancia

La alimentación también es un factor importante a la hora de hablar del busto, sobre todo cuando ésta implica ganar kilos que no sólo se van al abdomen o al trasero, sino que -en el caso de muchas mujeres- a las mamas.

En este sentido, los especialistas recomiendan consumir diariamente las cantidades apropiadas de nutrientes, y evitar el consumo de tabaco y bebidas alcohólicas. Asimismo, vital es el uso de un buen sostén, que sea de tu talla, ojalá fabricado en algodón y que se ciña correctamente a las mamas para asegurar una buena circulación sanguínea.

El embarazo y la lactancia son dos momentos en la vida de las mujeres en que el cuerpo experimenta un sinnúmero de cambios, entre ellos el aumento del tamaño y la sensibilidad de las mamas. Durante este período, éstas también sufren de resequedad, que puede favorecer la formación de grietas y provocar dolor al amamantar.

Pero la falta de hidratación no es lo único que puede perjudicar a las mamas de quien recién se ha convertido en madre. También es fundamental aprender la correcta forma de alimentar al bebé, para evitar la formación de dolorosas heridas en los pezones debido a la succión.

Y aunque existen muchos remedios caseros para curar las lesiones y también cremas especializadas, lo más indicado es que al alimentarse, el niño no sólo se tome del pezón, sino que con su boca también abarque parte de la areola.

El autoexamen del busto es, obviamente, otra de las recomendaciones de los especialistas para cuidar la salud de éste. A pesar de que es considerado como un complemento en el control mamario, es muy útil ya que permite a la mujer detectar cualquier cambio que se registre en esa zona del cuerpo. Pero es importante saber realizarlo correctamente.

"Se debe prestar atención a los cambios de coloración, sensibilidad, aparición de manchas y nódulos en la piel o bajo ella", enfatiza Juan Arturo Sandoval.

Por último, es importante no dejar de lado la actividad física. En este sentido hay tres ejercicios específicos que puedes hacer de manera periódica para mantener el buen aspecto de tu busto. ¡Son sencillos, pruébalos!

1.- Poner las manos sobre la nuca y estirar los codos hacia atrás, intentando juntarlos. Repetir 10 veces.

2.- Colocar cada mano en el bíceps contrario a la altura del pecho y presionar hacia adentro. Repetir 10 veces.

3.- Con los brazos rectos y levantados a la altura del pecho, realizar movimientos de tijera. Repetir 20 veces.

Fuente: http://www.emol.com/tendenciasymujer/Noticias/2014/03/11/25342/Siete-consejos-para-cuidar-la-salud-y-el-aspecto-de-tu-busto.aspx