“Ellos se creen imbatibles pero, por más poderosos que sean, tienen su talón de Aquiles”, expresa el oficial de Inteligencia que capturó a Mi Sangre y al Loco BarreraAquí su historia

Crédito foto: EFE 

“Si ojos traen, no me vean; si manos traen, no me agarren; si pies traen, no me sigan”, es la oración al Santo Juez que este agente de la Inteligencia colombiana invoca antes de empezar una misión. 

“Que mi cuerpo no sea preso ni mis carnes azotadas, ni mi sangre derramada, ni mi alma sea perdida”, agrega la estampita con la imagen de Jesucristo que guarda en su billetera, la misma que tienen en su bolsillo los hombres que él persigue: capos del narcotráfico y poderosos sicarios. 

Víctor, la identidad camuflada de este oficial de la Policía Nacional, sostiene que los líderes narcos “se creen imbatibles”. Pero explica: “Todo poderoso, por más poderoso que sea, tiene su talón de Aquiles. Y nuestro trabajo es encontrarles esa debilidad para que caigan”. 

Un artículo del diario El Tiempo detalla que Víctor, con su equipo especializado, se dedica a revisar cada movimiento y hasta cada segundo de respiración de sus objetivos. De esa forma pudo ubicar y capturar a Daniel el ‘Loco’ Barrera, Héctor Mario Urdinola, ‘Chicho’; Henry de Jesús López, ‘Mi Sangre’, y otra decena de los capos más importantes de Colombia.

“Los objetivos que tenemos en nuestro grupo son los que salen todos los días en los noticieros y los periódicos, por eso es más difícil ubicarlos, seguirlos y neutralizarlos -admite Víctor-. Hemos tenido que esperar hasta dos años para poder llegar al día D, escuchándolos día y noche y conociendo hasta sus mínimos gustos y caprichos”. 

Sin embargo, meterse en la piel del superagente en pos de la seguridad nacional tiene un costo más alto que arriesgar la propia vida. La última misión de Víctor le significó dejar a un lado a su familia por largo tiempo, justo cuando supo que iba a ser papá. 

“Tú sabes cómo es esto y ahora me tengo que dedicar a un objetivo, y no voy a poder estar contigo, lo mejor es que te vayas con tu mamá unos meses”, debió explicarle a su esposa cuando estaba en su segundo mes de embarazo. 

Al día siguiente, empezó la vigilancia paso a paso de ‘Mi Sangre’. Y meses antes había estado sumido en la captura de Diego Pérez Henao, conocido como ‘Diego Rastrojo’ y del ‘Loco’ Barrera. 

“Para llegar a un capo hay que meterse primero en su psicología. Es el paso número uno”, declaró y explicó que todo comienza con cosas básicas: qué le gusta comer, cómo viste, cuántas horas duerme, cuál es su loción, la marca del cereal o la cerveza que consume, sus pasatiempos y hasta sus preferencias sexuales.  

“¿Qué haría yo si fuera él? Esa es la pregunta que me hago cuando el objetivo parece esfumarse. Y en el caso de Mi Sangre sabía sus gustos y pretensiones. ¡Me escondería en un lugar de mi nivel, donde pudiera pasar como un comerciante o empresario potentado!”, se responde Víctor. 

 Así es como sigue la pista en un lujoso condominio en las afueras de Buenos Aires. “Algo que sabía de él era su exquisito gusto por el polo, y por supuesto que buscó uno de los mejores clubes para practicar su deporte. Esto fue determinante”.

Tras un año de vivir en la psiquis del capo, y con la ayuda del gobierno argentino, el pasado 30 de octubre cayó uno de los narcos más buscados. 

“Celebramos con una empanada, porque había que ir a ver a la familia y a descansar”, dice Víctor, quien escuchaba una conversación de ‘Mi Sangre’ mientras su esposa daba a luz. 

Sin embargo, Henry de Jesús López es sólo otro más de la lista. Los objetivos siguen y eso requiere un nuevo sacrificio ya que la misión de Víctor continúa encendida.

Fuente: http://america.infobae.com