Hay que informarse y no solo eso, actualizar la información que tenemos de las cosas, porque si bien es cierto que sabemos que toda cirugía implica cierto grado de riesgo, existen puntos escondidos dentro de este tema como: el tiempo que deben durar los implantes, el cuidado que debes tener con ellos puestos, y hasta el tipo de silicona que debe usarse.

Todo eso se agrega a lo que ya sabemos por defecto, como que hay enfermedades riesgosas y que los médicos deben ser calificados.

El coctel de esos puntos conocidos y otros no tanto, forman una delicada tela que se termina de coser con la opinión de los médicos, pero sobre todo, con testimonios que obligan a correr la cortina y ver más allá de lo dicho.

Y es que, buscando una mujer que nos hable de su experiencia con los implantes, descubrimos a Magdalena Guerra, de 32 años, quien sufrió deterioros constantes de salud por exactamente nueve años, sin saber qué los causaba.

Ella no dudó en ofrecer su experiencia al equipo de Oh! Magazine, confesándo esto: ‘‘Luego de colocarme los implantes en 2010 cerca de tres meses más tarde, comencé a sufrir de ataques de asma, palpitaciones cardíacas, afecciones en la piel. Aprendí a vivir enferma, ya que era costumbre para mí. En 2015, luego del nacimiento de mi hija y lactarla aún con implantes, empecé a padecer de la vista y tenía un deterioro total de mi salud. Me diagnosticaron fibromialgia y dolor crónico. En 2017 desarrollé alergia al gluten, lácteos, carne y huevos; comerlos o tocarlos significaba hospitalización y descamación total de mi piel.

Me sangraba el cráneo y las manos se me cuarteaban. A pesar de visitar a cuatro cirujanos, ninguno diagnosticó nada. Mi doctor estaba estudiando mi caso, en conjunto con un doctor de Costa Rica, especialista en un tipo de síndrome vinculado, mejor conocido como Enfermedad del Implante Mamario, y yo presentaba la mayoría de síntomas’’.

Magdalena, después de decidir quitárselos, su salud mejoró notablemente; ya no tiene esas afecciones y solo tiene unos meses sin ellos.

¡Ojo! Con este testimonio no buscamos atemorizar a ninguna chica que decida aumentar sus senos, más bien alertar ante cualquier síntoma que presente similar o parecido. Si resulta que ya los tienes, o si, por el contrario, vas a tomar la decisión de colocarlos para que tomes notas de algunos efectos adversos y reconozcas cuándo debes descartar la decisión.

¡Toma notas!
Vamos a dejar que el tiempo y, claro, las investigaciones científicas, terminen de determinar si existe relación estrecha entre síndromes y enfermedades complicadas relacionadas con los implantes mamarios. Mientras tanto, tocaremos los puntos que necesitamos escuchar como son: los riesgos, su cuidado y el tiempo.

Antes que todo, es necesario, si ya has tomado la decisión de implantes mamarios, que te percates de las credenciales de tu cirujano, en segundo lugar el tipo de implante a utilizarse, si están aprobados para ser usados por humanos. Un dato curioso, según nos confirma la cirujana Tania Medina, es que la FDA tiene aprobados para ser vendidos en los EE. UU., dos tipos de implantes: los rellenos con una solución salina (de agua y sal) y los rellenos con gel de silicona. Ella agrega que estos mismos, que son aprobados por la FDA, son sometidos a pruebas muy minuciosas, para establecer una garantía razonable de seguridad y eficacia.

Asegúrate de saberlo todo
Recuerda que tú, como paciente, tienes el derecho de salir de tu primera consulta para implantes de seno bien informada. La doctora nos enumera algunos de los efectos adversos. ‘‘Como cualquier dispositivo implantable, las prótesis mamarias pueden presentar complicaciones, tales como: contractura capsular, que es una cicatriz exagerada que se forma en torno del implante como reacción de cuerpo extraño, generando deformidad y dolor", dice la experta.

Continúa detallando que también ''una hemorragia, aunque infrecuente; se puede experimentar un episodio de sangrado durante o después de la cirugía.

Otra afección puede ser una infección y, si esto ocurre, el tratamiento puede incluir antibióticos o cirugía adicional.

Así como tambiém cambios en la sensibilidad del pezón, en la piel cicatriz cutánea y dureza de mamas’’. Por otro lado, algo que se añade a posibles efectos, es la aparición de seromas (acumulación de fluido tisular en el espacio donde se localizaba el implante mamario). Medina advierte que para este, puede necesitarse tratamiento adicional o cirugía para evacuar este líquido.

Por último, pero no menos importante que la cirujana nos habló, es que la FDA (agencia del gobierno de los Estados Unidos responsable de la regulación de cosméticos, aparatos médicos y derivados sanguíneos), ha identificado una asociación entre los implantes mamarios y el desarrollo del linfoma anaplásico de células grandes (LACG), un tipo de linfoma no Hodgkin. Se dice que las personas que tienen implantes mamarios pueden tener un mayor riesgo de desarrollar LACG en el fluido o el tejido cicatricial alrededor del implante. Con relación a esto, explica que los implantes vienen en diferentes tamaños y formas, y tienen superficies lisas o texturizadas (conchas) y, agrega que el LACGRIM parece desarrollarse con mayor frecuencia en mujeres con implantes texturizados y menos con implantes de superficie lisa.

Pero la especialista alude que al igual que otros linfomas, el LACG es un cáncer del sistema inmune y no del tejido mamario, que aunque algunas mujeres con implantes pueden haber experimentado problemas de salud, no hay nada confirmado.

Ten en cuenta antes de un implante:
Lo ideal es que estés consciente de la condición de tu cuerpo físico, ya que enfermedades preexistente como: fibroquística avanzada, cáncer de mama en evolución, infección en la zona de implantación o en cualquier zona del cuerpo, embarazo o lactancia activa, enfermedades autoinmunes, fracaso reiterado de implantes del mismo tipo, características tisulares clínicamente incompatibles con la mamoplastia, no pueden definitivamente pensar en un aumento por implantes. Todas esas condiciones nos enumeró Tania y dijo que, definitivamente, son un stop para proceder ese tipo de cirugías.

Cómo cuidarlos y el tiempo de la postura
Una vez que te hayas operado, es conveniente que ‘‘guardes reposo en una posición semisentada, no realizar ningún tipo de esfuerzo con los brazos, no quitarte el sostén quirúrgico hasta que tu médico lo indique. Una vez que llegues a la casa, podrás deambular en la medida que te sientas capaz de hacerlo, lo que no debes hacer son esfuerzos con los brazos’’, recomienda Tania ante la pregunta de cómo cuidarlos en la primera etapa. Ahora, en la segunda etapa, ella advierte que los micropores de la herida quirúrgica nunca debe ser mojada y no necesita ser limpiada. Debe asistir a cita de control a los tres días siguientes de la cirugía.

Otros de sus consejos son: no realizar masajes en los senos, no colocarse hielo ni calor en las zonas quirúrgicas y nunca permitas que una persona diferente del médico, te haga curación a la herida quirúrgica.

¿Y el tiempo? Ella responde que ‘‘depende del tipo de implantes, pero ronda de 10 a 20 años’’. Tania termina aclarando que la mujer que tiene implantes nunca debe olvidar que lo que lleva puesto no es parte de ella, por lo tanto, siempre debe estar alerta a los cambios del cuerpo. Y que las formas que se están utilizando son seguras y van a depender de las necesidades individuales de cada paciente.

Lo cierto es que este tema, de complejidad mundial, nos mantendrá ocupadas buscando los últimos reportes para informarlas, porque entendemos que la salud no es un juego que debe perderse por gustos estéticos.

 Fuente: https://listindiario.com/la-vida/2019/03/24/558547/todo-lo-que-debes-saber-de-implantes-de-seno