Tamisha Covington, una de las clientes de la funeraria “Andrew Cleckley” en Brooklyn (NYC), se presentó ayer en el sitio, alarmada por la noticia del hallazgo de varios cadáveres escondidos en camiones de mudanza U-Haul.
Covington contrató los servicios para su madre hace tres semanas, pero ahora no tiene claro el paradero de los restos de su madre.
“Su cuerpo ha estado aquí desde el 9 de abril”, dijo Covington a los periodistas, con la voz ahogada por la emoción. “Y me cobraron $15 mil dólares para enterrar a mi madre. En un ataúd cerrado, sin funeral”.
Covington dijo que su madre, Deborah Harris, de 60 años, murió de un ataque cardíaco.
Se cree que muchos de los cuerpos que estaban escondidos en camiones de U-Haul fuera de la funeraria eran víctimas del virus COVID-19.
Agentes del Departamento de Salud del estado Nueva York y del Departamento de Protección del Medio Ambiente (DEP) y detectives de NYPD se presentaron allí el miércoles después de que los vecinos informaron sobre un olor desagradable proveniente de los camiones.
Una fuente policial dijo que los investigadores creen que docenas de cuerpos estaban almacenados en los camiones, aunque algunos fueron trasladados el miércoles antes de que aparecieran los funcionarios en el lugar.
Cuando los detectives llegaron, 21 cuerpos aún estaban en los camiones no refrigerados, dijo la fuente.
El DEP escribió dos convocatorias para “Andrew Cleckley Funeral Home” por supuestas violaciones.
Cuando Pix11 intentó comunicarse con el propietario el jueves, el correo de voz dijo que no había espacio para más mensajes.
Al conocerse la escandalosa noticia, el alcalde Bill de Blasio calificó la situación de “abominable”, pero afirmó que se trata de un caso aislado y que la ciudad está lidiando adecuadamente con el gran número de fallecimientos por la COVID-19.
