Bill Gates ofreció la primera «recompensa» de la historia en la que se paga por capturar, no al malo, sino al bueno de la película. La oferta es tentadora. La fundación que lleva su nombre y el de su esposa, Bill y Melinda Gates, está dispuesta a pagar la nada despreciable cifra de 100.000 dólares, unos 77.000 euros al cambio, a quien sea capaz de diseñar un preservativo «sexy, irresistible y que atraiga a los amantes más incluso que hacerlo sin condón». Casi nada.

Tenía sólo 20 años cuando en 1975, el joven Gates cambió el mundo a través de la informática. Treinta años después, en medio de una de las más profundas crisis económicas jamás conocidas, el visionario emprendedor se propone revolucionar también las relaciones sexuales. Pero, ¿es posible diseñar un producto capaz de domar las pulsiones primarias del sexo?

Los Gates creen que sí. Si el virus del sida se transmite porque la gente prefiere hacerlo al natural, nosotros les pondremos sobre la mesa el preservativo más tentador, parecen haberse dicho, dispuestos a cumplir la promesa que juraron en Toronto, en 2006. Aquel año, la pareja abrió el congreso mundial del sida con un mensaje que entonces tambaleó los cimientos de la lucha contra la infección. «Apostemos por la prevención más que por la búsqueda de una vacuna y, si queremos éxito, hagámoslo con criterios empresariales», vino a decir Gates a los miles de profesionales sanitarios y activistas de todo el mundo que le escuchaban.

Visto que desde entonces se ha avanzado poco o nada en materia de prevención, Bill considera que ha llegado el momento de la acción. Difundió su idea de la «recompensa» a través de su blog. En su escrito, el multimillonario estadounidense reconoce que el preservativo es el método más eficaz contra las infecciones de transmisión sexual. «Se venden de todo tipo de formas y sabores y, sin embargo, su uso sigue siendo deficiente en algunos de los lugares del mundo más azotados por el virus del sida». Ante esta situación, el dueño de Microsoft y su esposa han anunciado la convocatoria de un concurso mundial de ideas para dar con lo que llaman ‘el condón de nueva generación’.

Quieren un superpreservativo, una goma tan atractiva que nadie, en ningún rincón del planeta, se resista a ella. «¿Ysi pudiéramos desarrollar un preservativo que ofrezca todas las ventajas de las versiones actuales, sin sus inconvenientes? Incluso mejor, ¿y si pudiésemos hacer uno que la gente lo prefiriese a no usar condón?», se pregunta el filántropo. Ese es el desafío. Un grupo independiente de expertos elegirá la idea ganadora y dispondrá de 800.00 euros para acabar de redondearla.

Habrá que ver qué le parece la idea al Papa Francisco, que también está revolucionando la Iglesia a base de gestos. Su antecesor, ahora recluido en Castelgandolfo, dijo en su visita a África hace cuatro años que «el sida no se puede resolver con eslóganes publicitarios, ni con la distribución de preservativos». Gates cree que sí.