Tenemos que tener presente que el amor es un sentimiento que llega y en muchas ocasiones sin buscar. Soñamos con encontrar esa persona ideal y acorde con nosotras para compartir el resto de nuestras vidas con el. Sin embargo, cuando el amor se convierte en una obsesión puede resultar una verdadera pesadilla que nada tiene que ver con el sentimiento.

Puede suceder que las ansias por enamorarse o compartir una vida con alguien nos lleve a olvidarnos del verdadero concepto del amor y confundamos los síntomas y vivamos una vida que nada tiene que ver con los verdaderos sentimientos.

Tener una pareja estable, y encontrar al padre de tus hijos es el sueño de muchas mujeres, es algo maravilloso y forma parte de la vida. Pero el problema llega cuando tu mundo se limita a él y no ves más allá. Quizás sientas una adición que no tiene nada que ver con el amor.

Con el amor y a la hora de compartir una vida no hay condiciones, no hay limitaciones y es simplemente sentirte bien junto a la otra persona sin más. Sin embargo, puede suceder que estés enamorada de la idea del amor que nada tiene que ver con el sentimiento. Te puede aterrar la idea de no tener a nadie a tu lado, de quedarte sola y no prestar atención al verdadero sentimiento.

Por eso a muchas mujeres les cuesta tanto afrontar que su relación no es más que un mero concepto, una situación que nada tiene que ver con el amor. Se vuelcan en sus parejas para complacerlas sin mirar en sus verdaderos sentimientos. Abandonan sus amistades porque piensan que tienen que estar constantemente pendientes de su pareja y se vuelven casi controladoras y obsesivas.

Por el contrario son excesivamente celosas. Dicen que tener un poco de celos es el modo de saber que la otra persona te importa, pero todo en su medida. Una cosa son celos y otra posesión. Hay celos que demuestran inseguridades en la pareja,piensas que si no estás pendiente de la otra personas las 24 horas del día, el sueño idílico se terminará, eso es tener adición a la idea que llamamos amor.

Enamorarse está bien y es un sentimiento maravilloso, pero como en todo, las adiciones nunca son buenas.