Piensa, por ejemplo, en tu computadora. Así como esta es vulnerable al robo de información privada, tu teléfono inteligente también corre el mismo riesgo.

Además, te expones a cargos por llamadas o mensajes que nunca realizaste o enviaste, acoso por alguien que sigue tus actividades, robo de identidad y pérdida de todas tus fotografías.

Esto se debe, en gran parte, a que los teléfonos inteligentes sustituyen cada día más a las computadoras personales en muchas actividades, como realizar compras en línea, enviar correos electrónicos y acceder a las redes sociales.

No obstante, tu teléfono inteligente te expone a muchos riesgos que tu computadora casera raramente hacía.

Por ejemplo, muchas personas que usan sus computadoras a diario guardan sus datos más importantes y privados en discos compactos, almacenadores USB de información (pen drives) o en otros medios que les permiten conservar aquello que no quieren perder si el disco duro de la máquina se daña o les roban la computadora.

Al igual que la computadora, un smartphone contiene una gran cantidad de información que preferirías mantener privada, como mensajes de texto, listas de contactos, números telefónicos y citas. A pesar de eso, casi el 70% de los usuarios de teléfonos inteligentes no tiene un back up o copia de seguridad de su información, incluyendo fotografías y contactos.

Por otra parte, los teléfonos inteligentes continuamente aceptan mensajes de texto e imágenes enviadas de otros teléfonos o de la Internet. Los mensajes de texto pueden contener direcciones de páginas web maliciosas. Otros pueden agregar cargos inesperados a tu cuenta de celular.

A estos riesgos se suma el hecho de que existe más de un millón de aplicaciones en el mercado móvil, muchas de las cuales provienen de fabricantes a quienes no conocemos, pero que llegan hasta nuestros teléfonos porque son gratis o muy baratas, abonando a la tentación de instalarlas sin pensarlo demasiado, pero dándoles, potencialmente, acceso a mucha de la información personal contenida en el teléfono.

En otros casos, empresas como Apple y Google son capaces de extraer un impresionante número de datos sobre tus actividades y movimientos diarios a través de herramientas como las que identifican la ubicación del teléfono.

Por esto y mucho más, te recomendamos que seas prudente al momento de añadir aplicaciones y, sobre todo, al divulgar datos personales a todo el que los solicite.

Comienza por los útiles consejos de Consumer Reports.

• Usa una contraseña difícil

Una de cuatro dígitos, como la mayoría suele usar, es mejor que nada. Pero en teléfonos Android y iPhones anteriores al iPhone 5, un ladrón usando el software correcto puede descifrar este código en 20 minutos, según Charlie Miller, ingeniero de seguridad para Twitter y autor de libros para descifrar códigos (hacking) y seguridad de teléfonos celulares. 

Un código más largo que incluya letras y símbolos es mucho más seguro, aunque sea más trabajoso escribirlo en la pequeña pantalla de tu celular.

• Ojo a las aplicaciones

Aunque no todas las aplicaciones son dañinas, muchos usuarios han sido engañados e instalan lo que parece ser una aplicación de marca reconocida, pero que en realidad es un impostor dañino.

Atención a algunas aplicaciones que, al momento de ser instaladas o después, piden como requisito el acceso a ciertos datos que no son necesarios para su función, como leer tu lista de contactos.

Busca aplicaciones confiables en la tienda de Apple, Google Play y la tienda de aplicaciones de Amazon.

• Alerta a señales de Wi-Fi no seguras

En 2012, 13 millones de usuarios realizaron transacciones financieras en lugares con Internet inalámbrico en hoteles, tiendas de ropa y aeropuertos sin darse cuenta de que son redes abiertas y que la información puede ser interceptada.

Antes de usar cualquier aplicación para llevar a cabo negocios en cualquiera de estos lugares con red inalámbrica gratuita, revisa su política de privacidad para ver si existe seguridad sobre la transmisión de esta información. De otra manera, podrías poner al descubierto un número de cuenta o una contraseña a algún criminal que se encuentre cerca.

• No responsas a "spam" o textos no deseados 

La Comisión Federal de Comercio (FTC) acusó recientemente a 29 estafadores que enviaron más de 180 millones de mensajes de texto que contenían enlaces a páginas web cuyos operadores solían proveer, con mala intención,  medios para bajar software dañino o  trataban de convencer a la gente de proporcionar sus datos personales.

Evita acceder a enlaces que no conozcas desde un mensaje de texto. También puedes ir a la página en línea de tu proveedor de Internet inalámbrico y solicitar que bloqueen los mensajes de texto que se envían a través de Internet, o instalar una aplicación que los bloquee.

• Apaga el servidor de localización o seguimiento

Apágalo a menos que lo necesites, como para obtener direcciones en la carretera o buscar una tienda cercana. Aunque pienses que no es importante, datos como el lugar donde te encuentras, los sitios que visitas diariamente y el área donde transitas crean riesgos de secuestro, robo físico o electrónico y otras violaciones a tu privacidad.

• El riesgo no solo se limita a tu teléfono actual

Al menos cinco millones de preadolescentes usan sus propios teléfonos inteligentes, entre los cuales pueden estar tus hijos y otros parientes. Al hacerlo, pueden revelar, sin saberlo, información personal o poner en riesgo su seguridad.

Finalmente, antes de vender o reciclar tu teléfono, retira cualquier tarjeta de memoria que tenga; regrésalo a la configuración de fábrica y asegúrate de que toda la información confidencial haya sido borrada.

 Fuente: primerahora