El menor, de 10 años, logró evitar que lo raptaran, pero quedó marcado por la horrible experiencia.

El pequeño de 10 años se salvó porque, gracias a su preparación en taekwondo, pudo darle una patada a su agresor y escaparse. 

Yauco. Llegó a casa lloroso, tembloroso y pálido. Algo estaba terriblemente mal.

“Trataron de llevarme”, fue todo lo que pudo articular el pequeño de 10 años a su mamá.

En ese momento, el mundo de Vivian Román se derrumbó. Su pequeño, su tesoro, casi se pierde para siempre.

“Ángel” (nombre ficticio para proteger su identidad) había terminado de jugar a “cogía y zombi” en la casa de unas amiguitas, ubicada a unos dos minutos caminando desde la suya, y caminaba a su hogar cuando un individuo enmascarado, que vestía chaqueta y guantes, se bajó de un automóvil, conducido por otra persona, y lo agarró por el brazo.

“Mi primera reacción fue darle una patada en la canilla. Él intentó agarrarme por la camisilla, pero no pudo”, cuenta el niño.

Era una reacción no esperada por los delincuentes, concluye Ángel, quien es pequeño para su edad pero tiene un punto a su favor: desde los cinco años practica taekwondo, una disciplina de artes marciales.

“Después, corrí, me metí en un pastizal y bajé a una casa que estaba abandonada y me escondí”, comenta el menor quien, aún en su refugio, estaba sumido en el terror porque “pensaba que me iban a encontrar”.

“Me pegué a la pared; cuando vi que no había nadie, me fui”, añade.

De camino a la casa, presa del miedo, las lágrimas y el sudor casi no le dejaban ver. Eran como las 7:15 de la noche. “Vine todo el camino llorando y le dije a mami lo que había pasado”, comparte.

La primera reacción de su mamá, recuerda, fue abrazarlo y besarlo.

Vivian, ¿qué pensaste?

¿Por qué (ocurrió)? ¿Qué pasó? Es algo bien fuerte...

No es el único caso

Ángel tuvo suerte, mucha suerte y valentía, sobre todo para un niño de tan corta edad. Sin embargo, no todos los menores que son víctimas de un intento de secuestro logran salvarse, y la prevención es vital.

Según el coronel Héctor Agosto Rodríguez, director de la región sur de la Policía, el caso de Ángel, reportado el pasado 20 de mayo, es solo uno de los que están bajo la investigación de las autoridades. Días antes, el 16 de mayo, una madre reportó que desconocidos le tomaban fotografías a sus dos hijos, entre seis y diez años de edad.

¿Se consideran un patrón ambos incidentes?

En este tipo de caso, el patrón no lo determina la cantidad en el campo investigativo; lo determinan otros indicadores porque realmente lo que hay es un solo caso (…); sin embargo, hay unos indicadores que nos dicen a nosotros que debemos tomar ciertas precauciones.

 

Fuente: primerahora