Ir cumpliendo años, los diferentes cambios biológicos o las etapas emocionales por que atravesamos todas las mujeres durante nuestra vida, nos lleva a sufrir algún tipo de crisis pequeñas, siendo las más comunes la crisis de los 30, la crisis de los 40 y la llegada de nuestro primer hijo. Descubre cómo salir airosa de ellas.

La famosa

En este momento llegamos a pensar que se nos ha acabado ya la etapa de los felices 20 años pero la realidad es que tenemos mucha más experiencia para poder ir diseñando nuestro futuro. Y es que la treintena es la etapa perfecta puesto que se tiene juventud a la vez que una sabiduría que a los 20 no se tenía además de mucha más información a la espalda. Pero aun así cuando se terminan los 20 y se entra en la década de los 30 años, se puede llegar a experimentar una crisis porque ya una se cree que ha perdido su paraíso juvenil y debe enfrentarse al verdadero mundo adulto. Además lo que se espera a esta edad tampoco es que ayude mucho; buscar un empleo bueno, comprarse un piso, casarse o tener una pareja estable, la maternidad, etc. son algunos de los ejemplos más claros que hacen atravesar esta crisis y que si todavía no se ha logrado conseguir nada de eso, la persona puede llegar a sentirse como un bicho raro.

Lo que hay que hacer en estos casos es enfrentarse al malestar y prepararte para poder construir una vida lo más real posible. Para lograrlo hay que librarse de ese peso que otras personas han volcado sobre ti y diseñar el futuro con lo que ya se tiene, para vivirlo completamente a fondo.

La responsabilidad del primer hijo

Con la llegada de un hijo, especialmente con el primero, hay que afrontar nuevos retos mucho más importantes que el simple hecho de perder la silueta o quedar con los amigos ya que va a suponer tener mucho más en cuenta la situación financiera, la madurez y la seguridad laboral así como una reacomodación de los papeles, establecer prioridades, responsabilidades y nuevos sentimientos, pero no por eso hay que quedarse atrapada.

Resulta importante prepararse por ejemplo leyendo mucho sobre este tema y asistiendo a diferentes cursos o incluso hablando con otras mujeres que se encuentren en la misma situación y principalmente pensar en todas las cosas buenas que va a aportar el ser madre.

La temida crisis de los 40

En esta etapa una se plantea que ya ha vivido la mitad de su vida pero la realidad es que ahora es cuando se puede tener mucho más tiempo para una misma ya que es el momento de empezar a pensar en una misma y de conquistar el espacio propio así como reordenar todas las prioridades, por lo que hay que aprovecharla pese a que es normal que aparezcan miedos nuevos como el miedo a envejecer o a las enfermedades así como algunas añoranzas por la juventud perdida.

Fuente: emujer.com