Emily, una pequeña niña británica de nueves años, logró pasar la pruebas de seguridad de la aduana turca luego de que su madre se confundió y presentó un pasaporte falso que la menor hizo para su juguete de unicornio.

‘El pasaporte ni siquiera parece real: tiene osos de peluche dorados en la parte delantera y era de un tamaño completamente diferente del mío y el de mi esposo’, comentó Nicky, la madre de la niña.

Al inicio causó gracia entre los padres, pero luego expresaron que "es una preocupación para todos los padres lo fácil que sería ingresar a un menor robado por la aduana de ese país".

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