Que el sol es peligroso para la piel no es nada nuevo y por ello, expertos y dermatólogos recomiendan el uso de protección para reducir al máximo los riesgos que conlleva la exposición solar.
En esta ocasión y de la mano de Pilar Pérez, profesora de UNIR, La Universidad Internacional de la Rioja, y experta de los laboratorios Uriage, desvelamos las claves para tomar el sol sin miedo.
1. Evita el uso de productos que contengan alcohol como los desodorantes y perfumes antes de exponerte al sol. Evitarás la aparición de manchas.
2. Para tomar el sol asegúrate de que la piel está limpia, hidratas y sin maquillaje.
3. La protección solar es indispensable. Escoge una crema solar de protección Alta FPS 30 o muy Alta PFS 50+ y con filtro físico para los niños menores de 2 años y químico para el resto.
4. Aplícate la protección unos 30 minutos antes de ponerte a tomar el sol, ya que es el tiempo aproximado que tarda la piel en absorber el producto.
5. Aplica la cantidad adecuada de crema solar. A menudo, solemos aplicar una cantidad insuficiente.
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6. Evita que el primer contacto con el sol sea superior a 30 minutos. La exposición debe serprogresiva en dosis de 10-15 y 20 minutos los primeros días. Una recomendación: toma el sol andando por la orilla.
7. Evita tomar el sol entre las 12 y 16h, ya que las radiaciones solares son más agresivas.
8. Presta mucha atención a las zonas más sensibles del cuerpo como la cara, escote, cuello, orejas y cabeza.
9. Compensa la pérdida de hidratación que se produce por la exposición solar bebiendo agua en abundancia.
10. Después de tomar el sol nutre, refresca e hidrata la piel con Afet Sun. Conseguirás prolongar el bronceado e hidratar.
A estos consejos, además, podemos sumarle otras recomendaciones. La alimentación tiene un papel importante a la hora de prevenir el envejecimiento de la piel, que en muchas ocasiones viene dado por el exceso de sol. Acostúmbrate a tomar fruta fresca, verdura y cereales. Tienen fibra y son antioxidantes.
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Finalmente, no podemos pasar por alto nuestro pelo. Él también sufre por el sol, por la arena, el viento, la sal… Como comenta Pilar Pérez, “cuanto más tiempo pasas en el agua, más proteínas pierde el cabello”, y por ello es importante hidratar y nutrir el cabello con mascarillas y productos acondicionadores con filtro solar.
