A las cerezas, apreciadas por su sabor, su textura y su estética, se les atribuyen erróneamente características, como el hecho de que engordan y provocan diabetes, que no son ciertas. Tal como explica el Doctor Carlos Jarne, postgrado en Micronutrición (U. Borgoña) y en Medicina Antienvejecimiento (U. Barcelona) y miembro de Laboratorios Ysonut , las cerezas no provocan aumento de peso, pues aunque son ricas en carbohidratos (especialmente fructosa) aportan una moderada cantidad de calorías (58,3 Kcal. por cada 100 gramos). Tampoco provocan diabetes, pues su contenido en antocianos (polifenoles) puede ayudar a disminuir la concentración de glucosa en sangre. 

Son antioxidantes, antiinflamatorias y desintoxicantes. Su contenido en flavonoides (sobre todo antocianos, que le dan ese color tan característico) y ácido elágico, del grupo de los polifenoles, suponen una gran ayuda para combatir el exceso de radicales libres, lo que hace que, según revela el experto de Laboratorios Ysonut, reduzcan el riesgo de padecer enfermedades cardíacas y cáncer, ayuden a reducir el dolor gracias a sus propiedades antiinflamatorias y contribuyen a rebajar la inflamación y la sintomatología de la artritis y la gota, por su poder alcalinizante. 

Así, como destaca Álex Vidal, nutricionista del Institut d'Educació Nutrional, Alimenta't las cerezas pueden ayudar a combatir la hiperuricemia (ácido úrico-gota) y otras patologías como la artritis, gracias a sus hidroxicinamatos (compuestos fenólicos como los que podemos encontrar en algunos vinos) que son antiinflamatorios y muy depurativos.

Un alimento para el cerebro. Por su aporte en ciertas vitaminas del grupo B, en triptófano, serotonina y melatonina las cerezas pueden considerarse "perlas para alimentar el cerebro", según el Dr. Jarne, pues favorecen la síntesis de ciertos neuromediadores responsables de la conducta alimentaria y del estado de ánimo, los procesos de memorización y de rendimiento intelectual, la regulación del sueño y la sincronización de nuestros "relojes internos". 

Son una fuente de Provitamina A. Son una excelente fuente de betacaroteno (provitamina A), que disminuye el riesgo de crisis cardíaca, aumenta la eficiencia del sistema inmunitario y se emplea como protector frente a la radiación ultravioleta. "Las cerezas contienen casi 20 veces más betacaroteno que las fresas o los arándanos", explica el Doctor Carlos Jarne.   

Su contenido en Vitamina C y sus antocianinas otorgan a las cerezas la capacidad de mantener nuestra piel, cabello y uñas en perfectas condiciones para luchar contra los efectos dañinos de la radiación solar y el envejecimiento celular, según revela el nutricionista de Alimenta't. 

Para embarazadas. Son ricas en ácido fólico, que nos ayudará a asegurar un correcto desarrollo neuronal del bebé, según destaca Álex Vidal. 

A punto de terminar la temporada
Sus cualidades hacen que esta fruta sea casi una joya. Aunque en algunas áreas de España, como explican en Cerezasdelbierzo.com, la temporada está a punto de acabar, en otras regiones como Las Caderechas en Burgos, la temporada de cerezas se prolongará este año hasta casi agosto. 

No obstante, los amantes de esta fruta podrán siempre recurrir a fórmulas originales para promoverlo y cuidarlo, como la curiosa iniciativa 'Apadrina un cerezo', que permite contribuir al cuidado del bello árbol que da estos frutos, al tiempo que disfruta de su cosecha.