Si bien en los últimos 20 años ha pasado del tercer lugar al que ocupa actualmente, aún en nuestro país mueren casi 600 mujeres al año -de entre 35 a 45 años- por una enfermedad que se puede prevenir de distintas maneras, pudiendo detectarse precozmente con el Papanicolaou (PAP), examen que detecta lesiones pre invasoras en el cuello del útero y que se recomienda realizar cada tres años.

"Si este desorden es detectado oportunamente, el tratamiento evita que esta alteración celular prosiga y se transforme finalmente en un cáncer invasor que tiene, además, la posibilidad de diseminarse y comprometer otros órganos vecinos y a distancia", comenta el Dr. Eugenio Suárez, de la Sociedad Chilena de Obstetricia y Ginecología.

A juicio del especialista, en Chile, al igual que en países desarrollados el 50 por ciento de las mujeres que mueren por cáncer de cuello uterino son aquéllas que nunca se han hecho el PAP o que no se lo han realizado en los últimos tres años. "Es decir que cerca de 300 mujeres que mueren al año, lo hacen porque están fuera del Programa Nacional de Prevención que existe de cáncer de cuello uterino", el cual es gratuito tanto para pacientes de Fonasa como Isapres acota el Dr. Suárez.

Rol del Virus Papiloma Humano (VPH)

El cáncer cérvico-uterino es una alteración que se produce en las células del cuello del útero por una infección producida por el Virus del Papiloma Humano (VPH), que es la infección de transmisión sexual (ITS) más frecuente. Cualquier persona que tenga (o que haya tenido) relaciones sexuales puede contraer el VPH e incluso un porcentaje menor puede infectarse sin tener relaciones. Existen más de 100 tipos de VPH. De estos, aproximadamente entre 35 y 40 afectan el aparato genital tanto del hombre como de la mujer, y de ellos, 15 son de alto riesgo, relacionados con el cáncer de cuello uterino, de vagina y de vulva, y en el hombre, con el cáncer de ano y de pene, siendo estos dos últimos menos frecuentes que el cáncer cervicouterino. 

Exámenes

El cáncer de cuello uterino prácticamente no produce ningún síntoma hasta que se encuentra muy avanzado. La única forma de detectarlo es mediante dos pruebas: La más masiva - afirma el médico de SOCHOG - es el PAP, que consiste en obtener una muestra de las células que se desprenden del cuello del útero, y someterlas a una biopsia. Si se confirma la lesión pre invasora se procede al tratamiento, cuya efectividad es mayor al 90%.

"Distinto es cuando se encuentra en etapas avanzadas donde las posibilidades de curación puede ser entre un 10 al 30 por ciento", agrega el especialista de la Sociedad Chilena de Obstetricia y Ginecología.

El Dr. Eugenio Suárez comenta que además del PAP existe otro examen, el de tipificación o genotipificación del VPH, "muy útil sobre todo cuando se descarta la presencia del Virus del Papiloma Humano. Si este examen es negativo en la muestra que se toma en el cuello uterino de la mujer, sabemos que esa mujer, por lo menos en los próximos 5 años, no va a tener riesgo de tener una lesión precursora o pre invasora o un cáncer de cuello uterino", puntualiza, haciendo hincapié en que hay que analizar sus resultados con mucho cuidado porque el 90 por ciento de las infecciones son transitorias.

Si bien esta infección es muy frecuente, cabe preguntarse por qué entonces no hay más muertes. "Porque más del 90 por ciento de las infecciones se eliminan espontáneamente en el transcurso de dos años, mediante el sistema de defensa del organismo", precisa el Dr. Suárez, al advertir que "sólo un 10 por ciento de las infecciones persisten después de dos años y pueden alterar las células y llevar al desarrollo de lesiones precancerosas y cancerosas".

Etapa de la menopausia

La infección por el VPH es menos frecuente después de la menopausia al igual que la prevalencia de cáncer de cuello uterino. Por ello hoy se recomienda hacerse el PAP entre los 25 y 65 años. Si ha tenido toda su vida exámenes normales, después de los 65 años no está indicado seguir efectuándoselo porque el rendimiento es muy bajo.

No obstante, puede ocurrir que una mujer tenga una lesión pre invasora antes de su menopausia y no se le haya detectado a tiempo. "En general las mujeres post menopaúsicas que tienen un cáncer de cuello uterino es porque en su historia no se han hecho el PAP oportunamente antes de su menopausia", manifiesta el Dr. Suárez.

Medidas preventivas

  • Reforzar y dar más énfasis a la educación sexual en los colegios.
  • Evitar tener múltiples parejas ya que las infecciones son más frecuentes cuando hay más de una pareja.
  • Tener sexo seguro con el uso de preservativos. Son efectivos para evitar embarazos y para reducir riesgo de transmisión de enfermedades sexuales.
  • Retardar inicio de la vida sexual debido a que la infección del VPH es más frecuente en mujeres menores de 20 años. De acuerdo a diversos estudios, en nuestro país el 50% de las personas inicia su actividad sexual antes de los 17 años, y el resto lo ha iniciado a los 14 años.
  • Vacunas. Hoy existen en el mercado dos vacunas que protegen contra los virus 16 y 18, los más frecuentemente relacionados con lesiones pre invasoras e invasoras de cuello uterino, una de ellas también protege contra los tipos 6 y 11 que se asocian a las verrugas genitales. Se está analizando la incorporación de estas vacunas en el Programa Nacional de Inmunización para que estén al alcance de las personas más susceptibles y de menores recursos económicos. Además, en los últimos años se viene investigando en otra vacuna, de tipo Nanovalente, que contiene 9 genotipos de virus relacionado con cáncer de cuello uterino, y se esperan en el corto plazo publicaciones que indiquen cuál es su resultado.
  • Evitar consumo de tabaco. Se ha demostrado que la nicotina juega un rol en la mantención de la infección por el VPH.
  • Anticonceptivos orales: están relacionados con un tipo especial, menos frecuente, de cáncer de cuello uterino, que son los adenocarcinomas del cuello del útero.
  • Realizarse el PAP cada tres años: Hoy no se recomienda hacerlo en forma anual. Realizarlo muy seguido puede llevar a que se detecte lo que se llama falso positivo, que son aquellos exámenes que pueden producir resultados alterados cuando lo que hay son sólo factores locales de inflamación o infecciones que se pueden tratar.
  • Erradicar el temor a realizarse el PAP, ya sea porque la mujer tiene miedo a que le diagnostiquen un cáncer o bien porque primero privilegia su familia y el trabajo y no deja tiempo para ella.
  • Rol de consultorios de atención primaria: captar aquellas mujeres que no se han hecho el PAP en los últimos tres años y que, por cierto, están más en riesgo, para que se realicen el examen.