Actualmente en esta nueva cultura en donde nos han vendido la idea que la presencia del padre (varón) no es necesaria para el óptimo desarrollo de los niños, podemos ver un aumento en los trastornos de conducta en los niños y adolescentes. Esto derivado de la falta de límites y el exagerado permisivismo que impera en nuestra sociedad. En un estudio realizado a mujeres en el norte del país, mencionan que “las madres solas muestran mayor estrés en la educación de sus hijos y la incapacidad de fijar reglas estrictas en el hogar†(Prado y Amaya, 2005)

Santiago Ramírez, uno de los fundadores del Psicoanálisis en México, describió un día al Mexicano como alguien: “con mucha madre, poco padre y muchos hermanosâ€, esto refiriéndose a la carencia de la figura paterna en nuestra sociedad.

En su libro “El Mexicano psicología de sus motivaciones†dice que la ausencia del padre es muy grave y es una causa de esa personalidad tan característica del latinoamericano. Pareciera que esta figura es innecesaria porque existe la madre que lo cubre todo. Sin embargo es necesaria la presencia de ambos padres para el desarrollo de la autoestima en el niño.

El padre es el encargado de instalar en la primera infancia del niño, el respeto a la autoridad, los límites y la aceptación de las leyes. Luego entonces, si no está presente el padre o es nulificado por la madre al niño le costará más trabajo reconocer y aceptar a límites.

Esto puede llegar a generarle temores hacia las figuras de autoridad, convirtiéndolos en niños inseguros, con una baja autoestima y en casos extremos puede llevarlos a desarrollar fobias, trastornos conductuales o a caer en las adicciones.

La falta de cariño y presencia del padre puede ser tan peligrosa como la inconsistencia.

ECOFAMILIA - PADRE (1)

Fuente: redfamilia.org