La masturbación consiste en acariciar cualquier parte del cuerpo, en especial los genitales, con la finalidad de obtener placer sexual. Los niños pueden descubrirla a cualquier edad, pero suele expresarse con mayor  después de los 2 años y debe entenderse como una conducta que forma parte de un desarrollo psicosexual adecuado.

Según el médico sexólogo Carlos Cotiz, dado que los niños no logran tener un conocimiento de las “normas de los adultos”, son capaces de masturbarse en cualquier lugar y delante de personas extrañas. Otras veces, a pesar de que ya pueden entender dónde y delante de quiénes están, pueden seguir haciendo esa saludable práctica. No obstante, la situación puede causar mucha angustia en los padres, en especial en aquellos que tienen prejuicios y una visión muy rígida e intolerante acerca de la masturbación, por considerarla un acto pecaminoso e inmoral.

“La reacción puede ser tan intolerante que aplican castigos en ocasiones muy severos, tanto físicos como psicológicos, generando a la larga traumas durante la infancia, que muchas se comienzan a expresar en la adolescencia y en la etapa adulta; por ejemplo, miedos nocturnos, fobias, baja autoestima, depresión, bajo rendimiento escolar, miedo o asco a los genitales, incapacidad para el cortejo, odio o resentimiento al mismo sexo o al sexo opuesto, trastornos de la respuesta sexual”, explicó el sexólogo.

Cotiz les sugiere a los padres calmarse cuando observen a su niño masturbarse y entender que esa situación forma parte del desarrollo psicosexual adecuado, por lo que podría dejarlo tranquilo o, en algunos casos, podría hacer distracción, es decir, invitarlo a realizar alguna otra actividad diferente, como jugar, ver televisión o leer.

Sin embargo, el experto advierte sobre dos situaciones donde los padres deben estar alertas ante la autoestimulación sexual de los niños: “Cuando exista el riesgo de causar algún daño físico, por ejemplo, cuando una niña o niño se masturbe manipulando sus genitales con objetos peligrosos, como por ejemplo, un alambre o gancho de ropa. Y cuando la masturbación que realiza venga acompañada de síntomas de angustia o sea muy frecuente y su práctica interfiera con sus actividades de la  diaria, y que además, la masturbación venga asociada a conocimientos sexuales muy precoces para la edad. En todos estos casos, se debe visitar a un profesional y valorar adecuadamente el caso”.

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Fuente: Últimas Noticias