La Conferencia del Episcopado Dominicano (CED) exhortó a la feligresía católica del país y al pueblo en general a que enfrenten los desafíos y los graves problemas de la época, que son muchos y variados, con espíritu de fe y apoyándose en los valores éticos y cristianos, que son la base fundamental para el desarrollo, la justicia, la verdadera paz y la plena convivencia humana.

En la primera Carta Pastoral de este año 2013, emitida con ocasión de la festividad de la Virgen de Altagracia este 21 de enero, los obispos católicos plantean que hoy más que nunca los cristianos deben enfrentar desde la fe males como el deterioro familiar, delincuencia, inseguridad, narcotráfico y una galopante criminalidad.

Asimismo, nos afecta la corrupción pública y privada – dicen--, el incremento de los juegos de azar y las bebidas alcohólicas, la mentalidad individualista, el afán de tener a como dé lugar la búsqueda del dinero fácil y el consumismo, males que afirman afectan seriamente a la sociedad dominicana.

“Muchos van cayendo en una cultura de consumismo rampante como norma de vida, y un afán de dinero y de cosas, sin importar el medio para conseguirlo”, expresa el documento.

En la carta pastoral, titulada “Manténganse firmes en la Fe” y firmada por los diecinueve obispos miembros de la Conferencia, los pastores católicos exhortan a “todos los hombres y mujeres de buena voluntad que acojan en sus corazones la Palabra de Dios, la cual invita a constituir familias sanas, llenas de amor, comprensión, respeto y perdón”.

“En este mes en el que celebramos la presencia de la Virgen María entre nosotros, queremos resaltar la figura de la mujer y exhortar a los hombres a valorar, apreciar y respetar a nuestras mujeres, las cuales son nuestras esposas, hijas, hermanas, madres, tías, primas, abuelas; nuestras mujeres que son trabajadoras, luchadoras, emprendedoras y comprometidas con los valores.

Volvamos la mirada a Dios que nos regala la fe como un don, fe que nos empuja hacia la búsqueda y vivencia de actitudes que consolidan la convivencia familiar”, expresan.

Los obispos critican que los medios de comunicación y muchas instituciones públicas y privadas dejen de lado los valores éticos y morales, hasta el punto de que para mucha gente en nuestra sociedad se ha perdido el sentido de la paternidad y la maternidad responsable.

“¿Qué significa hoy la seriedad y el servicio, el respeto a los demás, el cumplimiento del deber, la tolerancia y la búsqueda del bien común?, preguntan los obispos. “Todos debemos hacer frente a los grandes desafíos de la época, como es el individualismo, responsable del relativismo ético y la crisis de la familia”, responden.

Añaden que “después de observar el modo de actuar de Jesucristo frente a las personas y los acontecimientos, y siendo la fe cristiana un seguimiento a Él y a su mensaje, entonces surge preguntarnos casi de un modo espontáneo: ¿Cómo vivir hoy nuestra fe en esta situación que ahora nos toca enfrentar y qué o cuáles cosas debemos aprender del Maestro, para iluminar los desafíos que se nos presentan?”.

Valores
La CED insistió en que los valores éticos y morales deben ser recuperados y que las palabras paternidad y maternidad responsables deben ser recuperadas, igual que la seriedad y el servicio, el respeto a los demás, el cumplimiento del deber, la tolerancia y la búsqueda del bien común, pues es la forma más correcta de enfrentar desde la fe los grandes desafíos de la época.

 AÑO DE FE INAUGURADO POR EL PAPA
La Conferencia del Episcopado recordó que el Papa Benedicto XVI ha señalado que “el orden justo de la sociedad y del Estado es la tarea principal de la política y no de la Iglesia; pero la Iglesia no puede ni debe quedarse al margen en la lucha por la justicia”.

Refiriéndose al Año de la Fe, inaugurado por el Papa Benedicto XVI el 11 de octubre del año 2012, afirman que la fe cristiana, de la que habla el Papa, no es creer idea o doctrina, sino aceptar y seguir a la persona de Jesucristo, que nos dice muy a menudo “crean en mí”. Y “esa es la fe que nos pone en contacto y nos compromete con la vida familiar, social, política, económica, cultural y religiosa”, expresan los obispos, que esa fe es un combate contra lo que oprime y esclaviza, y que da razones para seguir amando y sirviendo a los demás.

Sugieren que en este año de la fe debe ser aprovechado como una oportunidad para que todos los cristianos y los hombres y mujeres de buena voluntad, se detengan, reflexionen y miren el rumbo de nuestra vida y el de la sociedad, con sus luces y sombras, para que hagan “una auténtica y renovada conversión al Señor”.