El trajín diario de la vida moderna a veces lleva a las parejas a caer en una zona de confort que podría provocar insatisfacción en los encuentros sexuales para una o ambas personas en la relación. 

Esta insatisfacción suele ser provocada más por la intensidad de los encuentros que por la frecuencia, asegura la sexóloga Ivonne Flores.   

Cultivar la erótica, esa parte de la sexualidad humana que se refiere a la búsqueda de placer en pareja o individual, es recomendado para salir de la rutina, impartirle un poco de chispa a la relación y conseguir satisfacción plena. 

“En la erótica se usa la creatividad. Es una forma de ampliar los horizontes. Tenemos unos modelos de sexualidad centralizados en el que la finalidad de la actividad sexual es el coito y el alcance del orgasmo y nos perdemos todos los demás placeres de la actividad. Es un modelo que puede llevar a la rutina, a la monotonía, a caer en una zona de confort”, comentó Flores. 

Debido a esas visiones culturales en los que el sexo, en muchos sectores de la sociedad, se ve solo como el mecanismo para la reproducción, hablar de erótica es considerado un tabú. 

“Hemos sido socializados a negar espacios al placer sexual. Es decir, aprendemos a mantener el placer en secreto, un poco reducir sus expresiones a espacios y actos específicos. Este modelo choca con el erotismo, cuya función es la búsqueda intencionada de placer antes, durante y después del encuentro sexual”, añadió la experta.

Bondage para reavivar la pasión

La erótica presenta tantas opciones para cultivarla como la mente humana permita, ya que se basa en la imaginación. No obstante, hay prácticas ya bien definidas como los juegos de roles de sumisión y dominación en los que se inmoviliza a la pareja. Esta técnica es conocida como el "bondage".

El "bondage" se presenta como uno de los juegos dentro de la erótica para reavivar la pasión explorando situaciones distintas. La técnica se basa en la inmovilización de la pareja ya sea parcial o total con el uso de cintas, esposas y hasta sogas. 

En el juego también se pueden utilizar otros elementos como vendas, mordazas, máscaras y plugs para agregarle más picardía a la actividad. 

El bondage en sí tiene varias variaciones, comienza con el light en el que se utilizan cintas y esposas de contextura blanda, quizás con cierre de velcro para que sea fácil quitarlas. En este la inmovilización suele ser parcial. También se imposibilita la vista mediante antifaces. 

Mientras, en el “hard core” o “kinky” como lo describe Flores, la inmovilización es total y se utilizan instrumentos de placer tan extremos como sogas, bozales con bolas para la boca, esposas de metal y paletas para dar nalgadas.  

“Es algo que uno tiene que aprender. Hay que leer, orientarse. Muchas personas comienzan por el light y se van moviendo a otras dimensiones de la práctica”,comentó Flores. 

Esta práctica, según Flores, les permite a las parejas renovar o refrescar su relación, toda vez que es una actividad diferente que requiere que se retome la complicidad de la pareja al necesitar de planificación. 

 

Todos tienen que querer participar

La sexóloga fue enfática en que ambas partes de la pareja deben estar interesados y animados a experimentar y practicar la actividad.

“Tiene que ser consentido, ambas partes de la relación deben estar de acuerdo en que el bondage es algo que quieren incorporar en sus prácticas sexuales. Tienen que estar de acuerdo”, subrayó. 

“Tiene que haber disposición e intención. Entonces se debe dar una comunicación abierta para establecer los parámetros”, agregó la sexóloga. 

Esto también aplica a la intensidad de la actividad y a los juguetes que se utilizarán. 

Reglas

Se debe identificar una palabra o un gesto de seguridad. Cuando esa palabra se diga o el gesto se haga la práctica debe parar de inmediato. 

“No recomienda que la palabra sea para porque apaga la chispa”, dijo Flores.

Debe haber unos acuerdos previos de qué se va a hacer y qué no, así como de qué juguetes pueden ser incorporados a la actividad y cuáles no entran en la ecuación. 

Otro de los beneficios de cultivar la erótica es que les permite a las parejas contar con herramientas para sobrellevar periodos de sequía emocional y sexual. 

“Las parejas que cultivan el erotismo saben que en algún momento el deseo puede disminuir, pero no por esto piensan que tienen un problema sin solución. Por el contrario, reconocen que como pareja son cómplices en la exploración y experimentación placentera del encuentro erótico con solo la intención de que así suceda”, aseguró Flores. 

Diferencias entre fantasías y deseos

“Las fantasías eróticas le pertenecen al que las recrea en su mente y no hay porqué compartirlas. Si se van a compartir hay que hacer bien claro que no hay intención de llevarlas a cabo”. 

Por el contrario, cuando se tiene la intención de realizarlo es un deseo.