A las palabras homosexual y orgulloso, Orlando Cruz quiere sumar una más: campeón.

Tras enviar una onda expansiva con una declaración de principios sobre su orientación sexual dentro de un deporte esencialmente machista, Cruz no se contenta con sentirse orgulloso del paso que ha dado en el orden personal, sino que busca demostrarle al mundo que es un guerrero capaz de conquistar el cielo del boxeo y convertirse en un uno de los reyes de las 126 libras.

 

Un paso importante hacia esa meta lo dará este viernes en la noche en el Kissimmee Civic Center, cuando enfrente al mexicano Jorge Pazos en un combate que ha despertado muchas expectativas, porque será el primero luego de que revelara lo que durante años ocultó como si fuera el secreto mejor guardado, hasta que un día decidió no mentirse más ni a sí mismo ni a nadie.

“No es fácil quedarse con algo tan grande por dentro, porque se trata de la esencia de uno y eso produce un debate interno que desgasta’’, expresó el púgil puertorriqueño. “Por eso siento como si me hubiera quitado un peso enorme de encima y creo que podré dedicarme ciento por ciento a mi carrera en el boxeo. Tengo la mente clara y el alma limpia. Llegó el momento de subir al ring y demostrar mi talento’’.

Más allá de los cambios en su vida, Cruz espera que todo siga igual en el cuadrilátero.

“En el ring vamos a ser dos hombres fajándonos sin pedir ni dar tregua’’, agregó Cruz. “Así ha sido en el pasado y así será este viernes y cuantas veces Dios quiera que me pare entre las cuerdas. De mi rival espero lo mejor de sus habilidades y de su potencia. Mis asuntos personales quedan a un lado cuando me pongo los guantes. En el boxeo soy tan guerrero como el mejor’’.

No le falta razón.

Durante su época amateur, Cruz fue uno de los grandes prospectos del boxeo boricua, al punto de sumar 179 triunfos y ganarse un puesto en la escuadra olímpica de la isla a los Juegos de Sidney 2000. Como profesional acumula 18 triunfos –nueve de ellos por la vía del nocaut- con dos fracasos y un empate. Clasificado cuarto en la Organización Mundial del Boxeo, considera que su oportunidad de ir por una faja del orbe se encuentra no muy lejana.

Tuto Zabala Jr., un promotor de Miami que conduce la carrera de Cruz desde hace más de un año y que organiza la velada en Kissimme, es uno de los primeros en elogiar la valentía del joven al declarar su homosexualidad, pero le gustaría que los fanáticos lo apreciaran también por lo que trae al boxeo y esa clase de valor forjado al calor de los golpes y la sangre.

“Si Orlando no tuviera talento, entonces no estaría conmigo’’, recalcó Zabala Jr. “Si él sale airoso este viernes, entonces con mucha probabilidad enfrentará al campeón de la OMB, Orlando Salido. Hemos hablado de la posibilidad de este combate con la gente de HBO y el interés crece por minutos. Ahora, primero deberá vencer de forma convincente a Pazos. El sabe que en este mundo no se puede subestimar a nadie’’.

Por encima de lo que pueda lograr Cruz en el deporte, su legado como ser humano está fuera de duda al derribar una barrera invisible en el boxeo, que aún permanece levantada en otras ligas profesionales de élite como las Mayores del béisbol, la NFL y la NBA, por no hablar del hockey, donde el tema homosexual continúa siendo una especie de tabú, especialmente porque se trata de deportes de equipo en los que los lazos del clubhouse suelen extenderse más allá de los terrenos de juego.

Recientemente el pelotero cubano Yunel Escobar, torpedero de los Azulejos de Toronto, fue suspendido varios días y condenado a trabajar con grupos de apoyo a homosexuales por utilizar una frase de corte homofóbico en la sombra que usan los jugadores bajos los ojos para minimazar la claridad del sol. En el 2006, el actual mánager de los Marlins, Ozzie Guillén, recibió una fuerte reprimenda de parte de las Grandes Ligas por insultar al periodista del Chicago Sun Times, Jay Mariotti, con un término despectivo para esa comunidad.

La revelación de Cruz se produce 50 años después de aquella fatídica pelea en la que Benny Kid Paret colapsó en su esquina en el 12mo asalto tras una andanada furiosa de Emile Griffith. El cubano entraría en coma ante el asombro del Madison Square Garden y moriría 10 días más tarde.

Griffith, quien en una entrevista de Sports Illustrated afirmó que “me gustan los hombres y las mujeres por igual’’, también tuvo una revelación en el 2005, cuando relató lo sucedido en el pesaje un día antes del combate. Según el campeón welter, Paret le había asociado con un término homofóbico, el mismo que podía apreciarse bajo los ojos de Escobar, y eso provocó una furia ciega y, a la postre, la muerte del cubano.

“El me llamó….’’, recordó Griffith, “y yo hice lo que tenía que hacer’’.

Afortunadamente, el 2012 no es 1962 y hasta el propio rival de Cruz, Pazos (20-4, 13 KO), parece decidido a darle al puertorriqueño el crédito que merece como boxeador.

“El que él se haya declarado homosexual no le quita nada al hecho de que es un gran boxeador’’, apuntó el mexicano. “Tiene dos manos para golpear y dos piernas para moverse. Va a ser una gran pelea’’.

Para Cruz, sin embargo, este combate marcará una nueva etapa en su vida.

“Sé que voy a ganar el viernes y que algún día me coronaré campeón del mundo, pero ya siento que he ganado mucho más, mi identidad, mi autenticidad’’, afirmó el boricua. “Quiero ser ejemplo para todos aquellos que aparentemente se ven atrapados en una situación sin salida. Quiero demostrarles que cuando uno es fiel a sus principios y sus creencias nada ni nadie podrá impedirles que logren sus sueños’’.

Lee mas aqui: http://www.elnuevoherald.com/2012/10/18/v-fullstory/1324755/boxeador-gay-soy-tan-guerrero.html#storylink=cpy