La falta de deseo es un problema muy frecuente, sobre todo en mujeres. Cualquier disfunción sexual puede afectar seriamente a la autoestima de la pareja y a la relación sentimental. Una actitud adecuada por parte del miembro afectado por la falta de deseo puede ser decisiva en la solución.
Háblalo con tu pareja
Si notas que la libido de tu pareja ha disminuido el primer paso es hablarlo. Comenta tu percepción sin acusar ni culpabilizar, simplemente pregunta si él/ella ha notado que su deseo sexual ha disminuido y si el fenómeno tiene alguna causa. También inquiere sobre que puedes hacer tú para que eso mejore… Quizás solo necesite tiempo
No presiones
Presionar para tener relaciones sexuales solo tiene dos posibles consecuencias; que tu pareja se enfade, cosa que es bastante negativa, o que ceda a tus presiones. Esto último parece positivo porque al final se llega a la relación sexual pero piensa que es algo que tu pareja no quería hacer y por lo tanto la experiencia puede que no haya sido tan positiva como crees, si ha habido algún sentimiento negativo (culpa, frustración, ansiedad…) eso hará que el deseo disminuya aún más.
Ábrete a otro tipo de relaciones sexuales
Pregunta a tu pareja qué es exactamente lo que no quiere hacer. Es muy probable que lo que más rechazo le produzca sea el coito o las relaciones genitales y no quiere hacer otro acercamiento por si acaba derivando en lo que no quiere hacer. Quizás esté más dispuesto-a a otras prácticas íntimas sin genitales o sin penetración como puede ser la masturbación recíproca.
Innovación no tiene por qué ser la solución
Efectivamente la rutina en el sexo puede llevar a un descenso de la libido pero no es la única razón (ni siquiera la más frecuente) y además si tu pareja ya está en la fase de no apetecerle el sexo, la oportunidad de innovar ya pasó y probablemente lo único que le llama menos la atención que tener relaciones es tener que inventar cosas nuevas.
No te lo tomes como algo personal
Los problemas de pareja se pueden traducir en una falta de deseo pero no siempre es así y no es la única causa que lo provoca. Si tu pareja te asegura que no ocurre nada entre vosotros e incluso te da otras posibles razones (cansancio, estrés, apatía, etc) confía en él/ella y no te empecines en sentirte responsable.
Besos y abrazos que no llevan a coito
Cuando se sufre falta de deseo se puede llegar a un nivel en el que se teme el momento en el que tener que decir “no”. Es muy frecuente que se reduzcan conductas como besos, abrazos y caricias por miedo a que deriven en sexo y así se va limitando la intimidad de la pareja. Besa, abraza y acaricia para, que tu pareja entienda que se puede hacer eso y nada más. Lo agradecerá.
Mastúrbate
Elimina tus tabúes y no renuncies al placer sexual tan solo porque a tu pareja no le apetezca. Descarga, además, tus tensiones y disfruta de tu cuerpo. Tócate y acaríciate tanto como quieras, la masturbación no es nociva y de hecho tiene grandes beneficios para tu cuerpo y tu mente. ¡Disfrútate!
Evita sobreexcitarte
Si tienes un alto nivel de frustración por la cantidad de veces que tu pareja rechaza el contacto sexual cuando tú estás muy excitado-a el mejor consejo es que evites sobreexcitarte innecesariamente. Esto es que evites por ejemplo ver porno, o leer novelas eróticas si eso te provoca una gran excitación que vas a intentar resolver con tu pareja con la consiguiente frustración.
Estimula sutilmente a tu pareja
Todo lo que sería mejor que evitaras hacer tú puedes alentarlo en tu pareja. Sugiérele alguna novela erótica o ver una película subida de tono juntos, haz el esfuerzo de no convertirlo en una invitación al sexo porque si es así probablemente tu pareja no quiera volver a hacerlo. También es buena idea adquirir algún aceite de masaje para disfrutar de las caricias en pareja.
Buscad ayuda
Si el problema de falta de deseo de tu pareja dura más de 6 meses y no veis mejora, planteaos la posibilidad de acudir a terapia sexual para que un especialista determine las causas del problema y os oriente a la solución. Os dará herramientas para mejorar el deseo que podréis utilizar a lo largo de toda vuestra vida y mejorará vuestra sexualidad.
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