Ocho consecuencias que acarrea el dejar de pagar tus deudas y las tarjetas de crédito

Pedro tomó su decisión. Tras meses de ansiedad e incertidumbre por su situación económica, y sobre todo por sus deudas, concluyó que dejaría de pagar sus tarjetas de crédito, sus préstamos y hasta a los mismos usureros.

Aunque no tenía idea clara de las consecuencias que acarrearía su declaración de mora, lo que sí sabía era que ya se le hacía insostenible pagar los mínimos de la tarjeta, los intereses al módico 20%, y su préstamo con el banco, cuya mora había mantenido dentro de los 60 días sólo enlíandose con más préstamos.

El cómo llegó a esta desgraciada situación todavía él mismo no lo tenía claro.

Su primer trabajo fue en una buena empresa del sector privado, con excelentes perspectivas en cuanto a ingresos y estabilidad laboral. Su nómina entraba “limpia” y no le debía nada a nadie.

Fueron quizás aquellos años de vacas gordas los que indujeron a Pedro a un estilo de vida que sólo ahora se daba cuenta que no podía sostener con sus propios ingresos. ¿Demasiado tarde?

“No debí montarme en un vehículo tan costoso como el que compré”, pensó Pedro. “Nadie en mi familia había tenido un carro tan caro… Lo disfruté, pero por adquirirlo en ese momento me quedé sin un centavo de liquidez.”

Con el carro vinieron los gastos, como el seguro “full”, su mantenimiento y otras “cositas”, muchas de los cuales Pedro solamente pudo sufragar financiándose con la tarjeta. A veces no podía ni pagar el mínimo de uno de sus plásticos. Por eso recurrió a otra nueva tarjeta de crédito de la cual, sin pensar mucho, realizó un retiro en efectivo para solventar su mora en la primera.

“Luego se me ocurrió que con un préstamo de consumo para ‘consolidar’ todas mis deudas (incluyendo algunas con dos amigos que se dedicaban a ‘prestar’) dejaría todo resuelto.”

“Pero… ¡Qué va, Alejandro!”, me confesó un deprimido y aterrado Pedro, al encontrármelo en un plaza comercial, “Terminé arropado por este pulpo de no sé cuántos brazos, que no me permite ni concentrarme en el trabajo, ni dormir en las noches, y mucho menos ver una luz al final de este túnel.”

“Me siento ahogado. Desesperado. Creo que ya lo pensé bien, pero como tú trabajaste en bancos y sabes de estas cosas, antes quiero consultarte: ¿Qué pasa si dejo de pagar mis deudas?”

Consecuencias de no pagar tus deudas

“Mejor vamos a sentarnos, Pedro. Yo tengo un rato disponible, y pienso que aunque ya pareces haber tomado una decisión, quisiera que la pensaras mejor.”

“Antes que todo, quiero que sepas que nadie está obligado a lo imposible. No exijas de ti lo que no puedes ofrecer, y otros, incluyendo tus acreedores, tendrán que de una forma u otra aceptarlo.”

“Dicho esto, Pedro, recuerda que ese dinero que debes, por lo menos en tarjetas de crédito y el préstamo de consolidación no es ‘del banco’. Esos fondos son en un 90% de otros ahorristas, depositantes y clientes del banco igual que tú. Los banqueros están obligados, como gestores de esos fondos, y por la ley, a hacer todo lo que esté en sus manos para procurar el cobro de todas las deudas.”

“¿Cómo qué pueden hacer?”

1. Cobros forzosos

“Bien. La agresividad del cobro irá creciendo en la medida que aumenten los días de mora. De entrada, ya sabes que estarás recibiendo llamadas de cobros a tu celular y a tu casa. Al principio de buena forma (de tu propio banco), pero eventualmente, cuando el banco le venda tu cuenta a alguna oficina de cobro forzoso, irán subiendo de tono y en intensidad.”

2. Límites de crédito congelados

“Si tienes límites de crédito disponible en tus tarjetas, los mismos serán congelados y disminuidos al saldo que tengas tomado. Cualquier pago que realices no implicará, como antes, que podrás consumir nuevamente con la tarjeta.”

3. “Morder” tus demás cuentas

“Al revés, es posible que tu banco ponga en liquidación o bajo gestión de cobros todas las tarjetas y préstamos que tengas con ellos… Incluso, y no sé si ya te ha ocurrido, el banco podrá debitar automáticamente de tus cuentas de nómina y de cualesquiera otras cuentas que tú tengas con ellos hasta saldar la mora.”

“¿Y eso es legal, Alejandro?”

“¿Leíste el contrato de adhesión y el contrato del préstamo que firmaste? Esas acciones de cobro cruzado están pautadas.”

“Me dará igual, Alejandro. Tengo una cuenta de ahorro y tarjeta en otra entidad financiera. Ahí nunca me he atrasado. Me manejaré con ese banco. ¿Qué opinas?”

4. Congelar tus fondos en otras entidades

“Que no es tan sencillo, amigo mío. Cada cierto tiempo ese otro banco hará una ‘revisión de portafolio’ en tu historial de crédito para evaluar tu situación financiera global. Cuando vea que estás en proceso de cobro forzoso en otro sitio, es posible que, para protegerse de que fueras a repetir lo mismo, reduzcan tu límite de crédito con ellos.”

“¿Pero podrá cobrarse el primer banco desde mi cuenta en el segundo?”

“Eso va a depender de los montos involucrados. De que pueden iniciar un proceso de embargo y notificar, por acta de alguacil, a otros bancos que te congelen tus fondos, lo podrían hacer.”

5. Embargo de bienes

“Alejandro, me preocupa eso, pues creo que, tanto al banco como a los dos prestamistas, les firmé un ‘pagaré notarial’. ¿Eso tiene algunas implicaciones?”

“¡Ay, Pedro! Las tiene todas. Básicamente pueden iniciar un proceso de cobro forzoso en cualquier momento e, incluso, embargarte todos tus bienes hasta que pagues lo adeudado.”

“¿Incluyendo mi carrito?”

“Comenzando con tu vehículo, amigo. Es más, me sorprende que todavía lo tengas, y que te hayan permitido 60 días de mora. Conozco “bancos” que a los 5 días te secuestran el carro en plena Lincoln, así lleves tu mamá a la clínica.”

“¡Dios mío!”, exclamó Pedro. “Pero ya no puede ponerse peor, ¿verdad, Alejandro?”

Apenado, continué: “No quieras imaginarte las moras, las penalidades y las más altas tasas de interés que estarás pagando a partir del incumplimiento. Se acumularán, y es posible que si no saldas, tu deuda crezca a varias veces el consumo que originalmente hiciste.”

6. Historial de crédito manchado

“Todo lo anterior quedará registrado en tu historial de crédito, y las consecuencias serán duras. Desde no poder acceder a nuevos préstamos, posiblemente hasta a simples cuentas bancarias como las de nómina (y la dificultad que eso se te presentará al momento de buscar un empleo), e incluso hasta a servicios telefónicos, alquileres y otras facilidades que no sean pre-pagadas.”

7. Dificultades para obtener visas

“¡Tendré que irme del país!”, suspiró Pedro, cabizbajo y desesperado.

“¡Si fuera tan fácil, amigo! Pero qué va… Ojalá que el país al cual solicitas visa no busque establecer tu solvencia económica, pues, de ser así, puedes estar seguro que tantas moras irán en tu contra al momento de hacer tu solicitud.”

8. Los usureros peligrosos

“Finalmente, de los usureros no he querido ni hablarte, pero conozco a algunos que para cobrar hacen lo que sea que tengan que hacer. Y cumplir con las normas o las leyes que podrían protegerte no les importa mucho.”

“¡Dios mío! Pero… Hermano: ¿Y qué será lo que yo puedo hacer para librarme de este pulpo asfixiante?”

 

Fuente: http://www.argentarium.com/argentarium/7869-y-si-dejo-de-pagar-12/