Lucir una sonrisa bonita es fundamental para mantener la autoestima en los niveles deseados y, aunque no es necesario mostrar una dentadura perfecta, sí es importante mantener una buena salud bucal. En ocasiones, debido a una caída, un golpe o al masticar algo duro se nos puede romper algún diente. Se trata de una situación complicada ya que los dientes son una parte bien visible de nuestro rostro y tener un diente roto puede ocasionarnos algún complejo.

Se me ha roto un diente

Puede ser que hayas resbalado en la calle y te hayas golpeado en la boca, puede que te hayas caído patinando, o puede que ya tuvieras un diente dañado y al masticar algo se te ha partido. ¿Qué hacer? En este caso la visita al dentista es obligada e inmediata, porque será él quien te indique la solución más adecuada para tu problema. No te preocupes porque hay varias opciones. Eso sí, todas ellas pasan por un importante desembolso económico.

Ten en cuenta, que aunque el esmalte de los dientes es uno de los tejidos más duros del cuerpo, a veces también puede romperse o astillarse. Y la importancia de acudir inmediatamente al dentista no es sólo por estética, sino que la fractura de un diente, si no se soluciona pronto, puede ocasionar otros problemas bucales, infecciones o incluso la pérdida de esa pieza dental.

Si no puedes acudir de inmediato al dentista, puede que tengas que tomar analgésicos para el dolor. También tendrás que tener cuidado para que el diente roto no dañe otras partes de la boca, especialmente la lengua, y procura comer alimentos blandos hasta que soluciones el problema.

Soluciones para un diente roto

El dentista te aconsejará sobre la opción más adecuada en base al tamaño de la rotura de diente. Si la fractura es pequeña, bastará con rellenar el esmalte de una resina especial del mismo color que nuestros dientes. Se trata de un procedimiento sencillo, breve y que no requiere anestesia. También existe la opción, si la rotura no es muy grande, de colocar una carilla dental, que no es más que una fina capa de esmalte que recubre la parte frontal del diente, dejando así un aspecto uniforme.

En el caso de que la fractura sea más grande, el dentista tendrá que comprobar si el golpe ha dañado también a la raíz. Para reparar estas fracturas grandes, generalmente se utiliza una corona dental, que puede ser de metal, de porcelana, de resina o de cerámica, dependiendo la elección del presupuesto. Y aunque las coronas de metal son más resistentes, las de porcelana y resina tienen un acabado más natural.

Para los casos más graves, cuando el golpe ha dañado la raíz del diente, será necesaria una endodoncia para evitar la pérdida de esa pieza dental. Tras la endodoncia, el diente se recubrirá con una corona, aunque en algunos casos se puede necesitar un implante dental.

Fuente: diariofemenino.com