LOS ÁNGELES -- Es difícil no mejorar los resultados de la banca de Los Angeles Lakers. El año pasado se llevó el vergonzante premio a la peor actuación de todos los equipos de la NBA. Registraron una media de 20,7 PPP, con una efectividad del 24,1 por ciento, la más baja de las 30 franquicias de la liga. Sin duda, se trató de una de las asignaturas pendientes de la temporada anterior y Mike Brown tiene la obligación de lograr que su segunda unidad sea más sólida durante esta campaña, de lo contrario, lo éxitos tendrán que esperar otro año más. En líneas generales y obviando algunos destellos, el papel que han desempeñado los reservas durante la pretemporada dejó mucho que desear (algo que también sucedió con los titulares) y las críticas no tardaron en entrar a escena. Los jugadores que más prometían, todavía están estancados y de los que menos se esperaba, son los que mejor imagen están dejando.

Las variaciones con respecto a la banca de la campaña pasada fueron varias y los resultados se están haciendo de rogar.

DIFERENCIAS CON RESPECTO A 2011-12 Los laguneros dijeron adiós a Matt Barnes,Josh McRoberts, Troy Murphy y Christian Eyenga. Las adquisiciones de Antawn Jamison y Jodie Meeks estaban llamadas a darle un giro a la situación, ya que eran considerados como los hombres fuertes de la segunda unidad. El primero cuenta con la experiencia de llevar 14 temporadas en la élite del baloncesto estadounidense y de haber participado en dos Juegos de las Estrellas; mientras que el segundo arribó tras completar una temporada muy sólida.

Otra de las novedades fue la llegada de Robert Sacre, o Mr Irrelevante. Pasó de ser el último elegido en el Draft de la NBA a titular en los Lakers en cuestión de semanas y está llamado a realizar una buena labor en el seno del equipo. Steve Blake repite otro año más, al igual que Devin Ebanks que fue santo de la devoción de Brown en muchos momentos de la pretemporada.

Hay varias caras nuevas en la banca lagunera y las esperanzas en su capacidad de respuesta siguen intactas a pesar de la irregularidad de la pretemporada. A ellos se les unen los habituales, con más tablas y conocedores de los procedimientos de Brown.

VENTAJAS (EN TEORÍA)
Sobre el papel, los suplentes prometen (a priori). Los números de Jamison durante la campaña pasada con Cleveland Cavaliers fueron más que dignos al lograr 17,2 puntos y 6,3 rebotes en 33 minutos de media y demostró que su versatilidad continúa intacta. No en vano, llegó a convertirse en el Mejor Sexto Hombre con Dallas Mavericks en 2004. Llegó a L.A. con la etiqueta de reserva de lujo, y aunque le queda mucho por demostrar, todavía la sigue teniendo, al menos ante los ojos de Mike Brown.

Meeks, por su parte, llegó a los 8,1 puntos por cita con un 41 por ciento de efectividad en tiros de campo y 37 por ciento desde la línea de tres puntos. Su presencia en la banca es un lujo si se considera que fue titular indiscutible con Philadelphia 76ers tras completar medio centenar de partidos saliendo de inicio. El jugador está siendo uno de los más destacados de la pretemporada y es que su participación durante 16,6 minutos de media en los que logró casi 6 PPP son números que se suman al buen hacer que refleja en la duela.

Jordan Hill también promete en estos Lakers reconstruidos. Tan solo participó en tres citas debido a una lesión de espalda de la que ya parece recuperado. En 23,7 minutos por juego, llegó a los 10, 3 PPP y 6,7 RPP y está demostrando ser uno de los reservas más en forma.

La clave también estará en los que repiten en la franquicia otro año más. Steve Blake continúa con más tablas en su juego y Devin Ebanks optó por seguir para demostrar que está mejorando varios aspectos, como las ejecuciones. Ambos deberán mejorar sus números para que la segunda línea tome forma, y es que los 5,2 puntos de Blake, con un promedio de 37,7 por ciento en lanzamientos de dos y 33,5 por ciento en triples, además de los cuatro puntos por partido en 16 minutos (datos de la temporada pasada) se antojan insuficientes para que los Lakers sean más competitivos. Y eso que se erigió como el mejor reserva del año pasado.

DESVENTAJAS (O REALIDADES)
La banca está oxidada. Falta rapidez y mejores rotaciones y conceptos; hay varias carencias que saltan a la vista. Blake sigue sin ser un buen marcador, hecho que perjudica a Meeks y Jamison. Y ya que hablamos de éste último, desde que debutó con los laguneros, el jugador se ha convertido en el fiasco del verano.

Los números no le acompañan luego de ocho encuentros de pretemporada en los que la victoria siempre pasó de largo. Participó una media de 23 minutos PP y tan sólo logró 4,4 PPP y 4,3 RPP, muy poca cosa para lo que se esperaba de él.

El banquillo de los Lakers no pudo dar el do de pecho en muchos lances de la pretemporada y en ocasiones empeoró la mala labor de los titulares.

Por el momento, los reservas laguneros no están demostrando la solidez de otras escuadras rivales como Oklahoma City Thunder o San Antonio Spurs; incluso la segunda unidad de los Clippers dejó mejor sabor de boca durante este mes de campamento.

CONCLUSIÓN
Los problemas con la segunda unidad no son más que una extensión de las dificultades que los titulares están teniendo para adaptarse a los nuevos esquemas. Todo está en el aire en estos Lakers mermados por las lesiones y donde, según afirmó Brown en varias ocasiones, estuvo barajando opciones durante toda la pretemporada. Queda mucho por aprender y solidificar; y es que sobre todo, falta práctica para que los eslabones casen y echen a andar la maquinaria lagunera.

Fuente: http://espndeportes.espn.go.com/los-angeles/nota/_/id/1643194/lakers:-necesitan-de-sus-reservas