Nueve de cada diez mujeres sufren molestias menstruales. En una reciente encuesta, las lectoras de la edición estadounidense de WH nos lo contaron con (ejem) todo lujo de detalles. Y nosotras hemos buscado las soluciones.

Sensibilidad a flor de piel

“Lloro con los anuncios de gatitos” -Carol Ann N.

Entre el 20 y el 30% de las mujeres se vuelven ultrasensibles en estos días del mes. “La causa del síndrome premenstrual (SPM) no es conocida”, explica el doctor Pablo Irimia, vocal de la Sociedad Española de Neurología. “Parece que los cambios hormonales pueden producir síntomas que incluyen alteraciones en el estado de ánimo. Otros factores, como los cambios en los niveles de neurotransmisores como la serotonina (muy implicados en el estado de ánimo) o la secreción de betaendorfinas, que controlan el dolor, podrían jugar un papel crucial”.

La cabeza, a punto de estallar

“Tengo lo que llamo dolor de cabeza regloso” -Sharone H.

El 40% de las mujeres que sufre migraña aseguran que la menstruación es un desencadenante, según un estudio del Lukes-Roosevelt Hospital Center de Nueva York (EE.UU.). La culpa es de los estrógenos, que caen en picado en los días previos a la regla. “De hecho –dice el doctor Irimia–, las mujeres que usan anticonceptivos orales tienen crisis de migraña durante los días en los que no los toman, por el cambio de los niveles de estrógenos”. La retención de líquidos relacionada sobre todo con el efecto de la progesterona también contribuye a la aparición de cefaleas.

¿Hay manera de evitarlo? “Es importante aumentar la frecuencia en la ingesta de alimentos y reducir la cantidad, para evitar la sensación de empacho”, aconseja el doctor Carlos Dosouto Capel, responsable de la consulta de Endocrinología Reproductiva del Servicio de Medicina de la Reproducción de Salud de la Mujer Dexeus. “También se debe limitar la sal, para reducir la retención hídrica. Los antiinflamatorios no esteroideos son efectivos sobre todo si se toman antes de que los síntomas se hagan más evidentes. Obviamente, no es bueno abusar de ellos y es mejor consultar la dosis con el ginecólogo”. Los parches de progesterona en los días previos también podrían ayudar. Y algunos estudios sugieren que quienes ingieren de forma habitual 150 miligramos diarios de petasita (una hierba de la familia de las margaritas) tienen menos dolores de cabeza.

Pechos más sensibles

“Los pezones me duelen en cuanto algo los roza. Es muy incómodo cuando voy al gimnasio” -Sarah S.

Triste, pero cierto. Los pechos lucen más turgentes... pero están más sensibles que nunca. Especialmente, en las mujeres con altos niveles de progesterona, porque esta hormona activa las células mamarias, preparándolas para un posible embarazo. Hasta el 70% padece este síntoma. Y la mala noticia es que no hay mucho que hacer contra él.

Un menor consumo de cafeína puede ayudar, y ciertas investigaciones apuntan a que 60 miligramos diarios de bayas de sauzgatillo (el llamado árbol casto o pimiento de los monjes) también podrían ser útiles, porque reducen la prolactina, otra “culpable” de la hinchazón mamaria. En última instancia, puedes optar por “acorazar” tus pechos. Invierte en un buen sujetador deportivo o, incluso, en unos parches de gel de silicona (habitualmente usados para minimizar las cicatrices de una cirugía), a la venta en farmacias y ortopedias.

Somnolencia

“Me siento como si pudiera dormir una semana” -Trisha L.

No, no eres una perezosa. La progesterona provoca somnolencia. Además, si pierdes sangre, pierdes hierro, un mineral que te proporciona energía, por lo que las mujeres con regla abundante son más propensas a sentirse agotadas. Come más vegetales ricos en hierro, como espinacas, alubias o lentejas. Y haz deporte, por mucho que el sofá te llame con acento seductor. El ejercicio físico aeróbico moderado (unos 30 minutos al día) ayuda a reducir muchos de los síntomas del SPM. “Se liberan endorfinas que funcionan como analgésicos naturales y hacen que el sueño sea más reparador”, dice el doctor Dosouto.

También hay remedios naturales. El jengibre, el ginkgo biloba o el sauzgatillo, de nuevo, pueden ayudarte. Ciertos estudios apuntan también a que el fenogreco, una especia muy popular en India, puede aliviar ese agotamiento menstrual. Puedes hacerte con un suplemento (en herbolarios) o germinarlo y añadirlo a tu ensalada. La idea es tomar 900 miligramos tres veces al día durante los días “rojos” del mes. Si ni siquiera eso funciona, dale al cuerpo lo que te pide a gritos y concédete una buena siesta.

La libido, por las nubes

“Mi deseo sexual se pone por las nubes antes del periodo” -Laura H.

Vale, eso no es exactamente un problema... pero sí un misterio médico. Tradicionalmente, los días más hot del mes tienen lugar durante la ovulación, porque es cuando hay más posibilidades de embarazo. Y aunque el SPM debería bajar la libido, bastantes mujeres manifiestan el efecto contrario. Algunos expertos apuntan a que nos sentimos más liberadas, justamente porque la probabilidad de quedarnos embarazadas es menor (y, además, los orgasmos alivian los calambres menstruales).

Aumento de apetito

“Tengo un hambre insaciable” -Melissa B.

Los antojos premenstruales son el pan nuestro de cada día para muchas mujeres, y empiezan en el cerebro. “Es posible que el aumento de apetito, y en concreto la apetencia por los carbohidratos, se deba a los cambios hormonales, o bien que se produzca como respuesta para reducir el nerviosismo y la ansiedad asociados a los cambios hormonales y de neurotransmisores como la serotonina”, asegura el doctor Irimia. Y, ¿sabes qué? A veces, lo mejor es ceder (con mesura) a la tentación. Zámpate un par de onzas de chocolate o un plato de patatas fritas y sé feliz Y si esos snacks tienen calcio, mejor que mejor.

Dolores de parto

“Tengo unos calambres horrorosos, como si fuera a dar a luz” -Letricia O.

Hay una razón para que los dolores menstruales se parezcan a los de parto: los músculos de tu útero se contraen en ambos casos. Durante el periodo, se dedican a expulsar el endometrio, después de comprobar que no ha habido embarazo. Las prostaglandinas estimulan estas contracciones, así que cuantas más segregues, peor se pondrá la cosa. Una bolsa de agua caliente, aplicada sobre el vientre 10-15 minutos, ayudará a dilatar los vasos capilares del útero, lo que mejorará la circulación y hará que estas sustancias desalojen tu organismo con más rapidez. Treinta minutos de ejercicio aeróbico diario, de nuevo, te ayudarán, ya que mejorarán tu ritmo cardiaco y tu flujo sanguíneo. Por lo demás, si el ibuprofeno no te ayuda y ya has agotado las opciones naturales, incluyendo el yoga y la acupuntura, pide cita con el ginecólogo. Los calambres fuertes podrían estar indicando que sufres endometriosis o un mioma.

Fuente: Derf