Está siendo investigado por el doble homicidio al tiempo que sigue en estado crítico en un centro médico, tras haberse disparado a sí mismo. Los padres de la chica sospechaban que era neonazi y por eso la hicieron terminar su relación con él.

El joven, de 17 años, habría cometido el crimen dentro de la casa de la pareja en la madrugada del pasado viernes. Foto: Pixibay

En Reston, una pequeña localidad de Virginia (Estados Unidos) que no pasa de los 60.000 habitantes, el preludio de la Nochebuena resultó siendo una tragedia como la que describe Truman Capote en su obra maestra “A Sangre Fría”: los cuerpos de la pareja de esposos Scott Fricker y Buckley Kuhn-Fricker fueron hallados dentro de su propia casa dos días antes de Navidad. Y, de paso, el exnovio de su hija fue encontrado gravemente malherido. ¿Cómo logró obtener un arma alguien de su edad? No se sabe aún. Pero en un país como Estados Unidos, ya lo han demostrado las masacres allí cometidas, conseguir armas no es problema. 

La historia fue revelada por el diario The Washington Post. Los indicios apuntan a que el joven les disparó a sus exsuegros luego de que estos lo descubrieran armado en el cuarto de su hija el pasado viernes en la madrugada y le gritaron que saliera de la casa. Un par de días antes de este desencuentro, los Fricker habían hecho una especie de “intervención” con su hija, tras la cual ella aceptó terminar su relación con el joven de 17 años. La razón: él, creían sus padres, era neonazi.

Después de asesinar a la pareja, el joven se disparó en la cabeza y continúa en condición crítica en un centro médico. El pasado sábado le abrieron investigación por homicidio. La Policía del condado de Fairfax, que tiene a cargo las pesquisas, no ha revelado públicamente por qué motivo el joven habría matado a los padres de su exnovia. La familia de Scott Fricker y Buckley Kuhn-Fricker, sin embargo, le enviaron al Washington Post comunicaciones personales que indicaban el temor de los padres de la chica, de 16 años, de que su novio fuera un neonazi.

Las alarmas se encendieron en la casa Fricker cuando la hija, un día, les comentó a sus padres que su novio era muy bueno en geografía. “¿Sabían que los judíos también fueron responsables de lo que pasó en la Segunda Guerra Mundial?”, dijo ella. Los padres, extrañados, resolvieron revisar su celular, donde descubrieron mensajes en Twitter desde una cuenta con identidad oculta, que, concluyeron, era del joven. Mensajes en los que se exigía una “revolución blanca”, se exaltaban frases de Hitler y se apoyaban quemas de libros por parte de grupos nazis.

La abuela de la chica de 16 años, Janet Kuhn, le contó al diario estadounidense que su hija le había expresado preocupación porque creía que el novio de su nieta estaba tratando de adoctrinarla con ideas de supremacía blanca. Los jóvenes habían comenzado su relación en junio, pero la madre de la chica, Buckley Kuhn-Fricker, era una abogada determinada a rechazar cualquier actitud que pudiera diseminar odio. Por eso, incluso llegó a alertar al colegio donde ambos jóvenes estudiaban, resaltando que en algunos mensajes el joven se enorgullecía de portar una esvástica con su ropa.

“Estoy en shock. Todavía no he podido ni llorar”, le dijo Janet Kuhn al Washington Post.