Despues de haber pasado una desilución con personas en mi entorno me encontré con este artículo que le dedico aquellos que demostraron que no valoran su trabajo ni su palabra, al que le sirva el sombrero que se lo ponga!

Los que tenemos la fortuna de trabajar en lo que nos gusta a veces no le damos la importancia que tiene. Sin embargo, es un factor muy importante porque pasamos más tiempo en el trabajo que con la familia o los amigos. Pero como en todo, sea cual sea tu situación se le puede dar la vuelta, veamos a continuación que podemos hacer al respecto. Recuerda que no hay nada que no podamos cambiar si utilizamos la actitud correcta, depende en cada momento como reaccionamos ante los acontecimientos. 

Todas las personas que nos ganamos la vida con nuestro trabajo, hemos pasado por épocas nada agradables y culpamos de ello a todo el mundo, a la empresa, al jefe, a los compañeros, a la organización, a todos no siendo a nosotros mismos y, puede que tengamos razón –nuestra razón- sin embargo, no caemos en la cuenta de que fuimos y somos nosotros quienes en su momento tomamos la decisión de estar ahí y seguir en ese sitio. Por tanto, es nuestra responsabilidad asumir los resultados de nuestras decisiones, sin que ello quiera decir que tengamos que “comulgar con ruedas de molino” ni vendernos a bajo precio.

Sea cual sea tu situación, eres tu quien decide si estas en control de tu destino. Es cierto que no es fácil ser delfín en un mundo de tiburones, ciertamente no lo es. Por ello, por dura que sea la situación valora en primer lugar tu propia estima, no permitas que nadie te humille. Si tú eres de los que tratan a los demás con respeto no permitas que nadie te falte, no le temas a nada ni a nadie. Recuerda que por muy alto que los demás o tu mismo / misma hayas llegado en el escalafón de tu empresa, como persona nadie es más que TÚ y puedes mirar a los ojos de quien sea y pensar que nadie es superior a ti como persona, mereces que se te respete como tal y en el peor de los casos piensa que cuando una puerta se cierra, otra se abre si no te merecen. Lo más importante es que uno se vaya a su casa con la satisfacción de haber cumplido con su trabajo lo mejor posible. No pienses que tu cometido no es importante, de lo contrario no te hubieran contratado, porque todo trabajo digno dignifica, puedes estar orgulloso / orgullosa de tu labor si la realizas con diligencia.

No es fácil ser delfín en un mundo de tiburones

Dicho lo anterior, tenemos la “obligación” de ser lo más congruentes posible al menos con nosotros mismos, porque si realmente queremos podemos disfrutar de nuestro trabajo, sin olvidar que lo ideal sería: Amar lo que uno hace y hacer lo que uno ama, es decir convertir tu profesión en tu vocación. ¿Difícil No? Podemos intentarlo siempre, disfrutaremos del proceso al menos y nos servirá para futuras ocasiones.

¿Por qué afirmamos con tanto ahínco lo que te decimos? Porque sea cuál sea tu ocupación -jefe o empleado; ejecutivo u obrero; médico o enfermera; abogado o secretaria; profesor o alumno, ama de casa o sirvienta, estás “obligado/obligada” a hallar satisfacción en tu trabajo mientras lo tengas, si es tu forma de ganarte la vida mientras estés. Da gracias al destino porque si no es ahí será en otro lugar donde tengas que vender tu tiempo, tu fuerza, tu talento, tu paciencia y el largo etc. que tú conoces mejor que nadie.

Te ruego que no te precipites, la satisfacción en tu trabajo la puedes conseguir, ¿sabes? La satisfacción es una actitud mental. Tu actitud mental es lo único sobre lo cual sólo tú puedes ejercer un control completo. Puedes adoptar la decisión de hallar satisfacción en tu trabajo y descubrir el medio de conseguirlo. Es más probable que halles un trabajo si haces «lo que te resulta natural», es decir, aquello para lo cual tienes una aptitud o inclina­ción natural. Si aceptas un trabajo que no te resulta «natural», es muy posible que sientas conflictos, frus­traciones mentales, emocionales y, como suelo decir un largo etc.

Puedes, sin embargo, neutralizar y posteriormente superar tales conflictos y frustraciones si utilizas la actitud correcta y experimentas el estímulo de adquirir experiencia y capacidad en tu trabajo, con el fin en mente de que si no te da resultado abras aprendido durante el proceso.

TU ACTITUD MARCARA LA DIFERENCIA

Es la actitud mental la que estimula a las personas que trabajaban a encontrar satisfacción en su profesión u oficio. Te propongo este simple ejercicio para que lo realices a menudo y saques tus propias conclusiones:

-Mira a tu alrededor. Observa a las personas que disfrutan con su trabajo y las que no. ¿Cuál es la diferencia entre ellas? Las personas felices y satisfechas controlan su actitud mental. Examinan con vi­sión positiva su situación. Buscan lo bueno y, cuando hay algo que no es tan bueno, se analizan a sí mismas para ver si pueden mejorarlo. Tratan de aprender más cosas acerca de su trabajo para poder ser más efi­cientes y conseguir que su actuación resulte más satis­factoria tanto para ellas como para sus empresas.

-En cambio, los que no son felices se aferran a su negatividad, van soltando lastre por doquier (Seguro que hay más de uno/una a tu alrededor), yo los denomino “gente toxica”. En realidad, es casi como si desearan ser des­dichados. Buscan toda clase de motivos para quejarse.

Es posible incluso que se quejen de cosas triviales como: Fulano o Sotana lleva cada día la misma ropa; el contable no escribe de manera legible, etc. etc. Cualquier cosa con tal de que puedan ser desdichados. Y saben muy bien cómo conseguirlo. Son personas decididamente infelices en el trabajo y en general también en otras facetas de su vida. La negatividad les domina por com­pleto, con su actitud en multitud de casos contaminan a sus compañeros y compañeras.

Por Favor, No seas del Montón.

Ello es cierto con independencia de la clase de trabajo de que se trate. Si quieres ser feliz y sen­tirte satisfecho en tu trabajo, como en otras aéreas de tu vida lo puedes lograr: Controla tu actitud mental y cambiarás la cara, Tu Cara. Estoy seguro que si te lo propones buscarás los medios para conseguirlo. Si puedes inyectar entusiasmo y felicidad en tu situación laboral, harás una aportación que muy pocos podrán igualar. Conseguirás que tu trabajo resulte divertido y tu satisfacción laboral se medirá también en productividad.

Uno de los secretos de la satisfacción laboral consiste en «ver algo más allá de la rutina». Consiste en saber que el propio tra­bajo conduce a alguna parteLo anteriormente expuesto, es cierto tanto si eres ama de casa, mozo de almacén, profesora de instituto, empleado de una gasolinera, fontanero, cirujano o el director de una gran empresa. Hallarás satisfacción en las tareas ru­tinarias sólo cuando las consideres como «peldaños». Cada tarea es una piedra que permite avanzar en la dirección que hayas elegido.

En el peor de los casos, si después de intentarlo no eres capaz de llevarlo a cabo por mucho que persistas, piensa que tal vez esa empresa no te merece. Acepta lo inevitable, piensa que te ha tocado un limón y lo que puedes hacer con él. Como ya hemos dicho en otros capítulos, que no sea por dejar de intentarlo. Tu actitud la controlas tu, Tu vida la controlas tu, nadie puede hacerte sentir inferior sin tu consentimiento, mereces sentirte realizado en tu trabajo y lo puedes lograr, recuerda que en toda adversidad existe un beneficio aun mayor si sabes buscarlo.

Por Favor, No seas del Montón.

Fuente: http://forjatugrandeza.blogspot.com/2012/09/valora-tu-trabajo.html