No estamos hablando del valor monetario de un par de tacos, sino de las consecuencias físicas que puede provocar su uso prolongado…

 Se ven en las pasarelas, en las oficinas, en las discotecas y en qué decir en las botas de invierno. Los tacos altos son una alternativa que no ha pasado de moda y, al parecer, tiene vida para mucho tiempo más.

Un alto porcentaje de mujeres los ha usado por años; eso quiere decir que, a pesar de no llevarlos puestos todo el día, igual pueden sufrir sus secuelas.

Postura natural

Según el kinesiólogo Marcelo Vargas, el uso estos zapatos afecta, principalmente, la postura del cuerpo, porque lo obliga a desplazar su peso hacia adelante, modificando los puntos naturales de apoyo: la planta y los talones.
“Se cambia el eje de gravedad, lo que obliga a músculos, huesos y tejidos a realizar una fuerza extra para la que no están preparados, con tal de hacer que el cuerpo permanezca erguido”, explica el profesional.

Con el tiempo, esta exigencia repercute en todas las estructuras encargadas de dar soporte (desde el pie hasta las vértebras cervicales de la columna vertebral). Eso explica el por qué del dolor de espalda de muchas mujeres.
Estas consecuencias también dependen de la talla y el peso de la mujer y de las características propias del taco.

Lesiones

Según el especialista, las mujeres tienen más posibilidades de generar algún problema en la zona baja de las extremidades, por el uso prolongado de este tipo de calzado.

Los problemas pueden ser a corto o largo plazo. Dentro de los primeros se encuentran las esguinces de tobillo (conocidos comúnmente como ‘torceduras’), provocadas por la inestabilidad.

Entre los efectos acumulativos es común ver que los dedos pierden su posición, deformándose para acomodarse al calzado (que, por lo general, es estrecho). Tal situación puede darse en el dedo gordo del pie o en el meñique.
Asimismo, “el taco alto obliga a que la punta del pie haga un esfuerzo superior para el que está preparado. Esto genera mayor tensión en los nervios que están en la planta del pie, produciendo inflamación, dolor y sensación de adormecimiento en los dedos”, señala el kinesiólogo.

Por último, puede haber dolor en las pantorrillas, producido por la tensión extraordinaria que la posición del cuerpo y la altura de los tacos genera en el Tendón de Aquiles.

En resumen, no se trata de dejar de un día para otro este tipo de calzado, pero sí de procurar alternarlos con zapatos más cómodos o más bajos cada vez que se pueda.