Científicos realizaron un seguimiento a dos hombres infectados con VIH que habían sido trasplantados para tratar un cáncer. A dos años de la intervención, las células trasplantadas sustituyeron a los linfocitos propios de los pacientes y la cantidad del virus en el ADN de sus células se hizo indetectable.

Dos personas podrían haberse curado del VIH después de haber sido sometidas a un trasplante de médula ósea para tratar un cáncer, según un estudio difundido en la XIX Conferencia Internacional sobre el sida en Washington.

La investigación, liderada por el doctor Daniel Kuritzkes, de Brigham and Women’s Hospital (Massachusetts), analizó la evolución de dos pacientes infectados de sida que se sometieron a un trasplante de médula ósea tras haberles sido detectado un cáncer. En esta ocasión, no se buscaron donantes con resistencia al VIH como había sucedido en el caso de Thimothy Brown, primer paciente al que se considera curado de VIH.

Los dos hombres, infectados durante años, se habían sometido a la terapia antirretroviral que suprimió por completo la reproducción del VIH, aunque tenían el virus latente antes del trasplante, según el estudio. Antes de someterse al trasplante, ambos pacientes recibieron una forma más leve de la quimioterapia, lo que les permitió continuar con sus medicamentos para el VIH durante todo el proceso de la operación.

Según el estudio, los médicos detectaron el VIH inmediatamente después del trasplante, pero, con el tiempo, las células trasplantadas sustituyeron a los linfocitos propios de los pacientes, y la cantidad de VIH en el ADN de sus cédulas disminuyó hasta el punto de que se hizo indetectable.

“Esperábamos que el VIH desapareciera del plasma de los pacientes; pero es sorprendente que no podamos encontrar ningún rastro del VIH en sus células“, destacó Timothy Henrich en la presentación de los resultados. “El siguiente paso consistirá en determinar si hay rastro de VIH en sus tejidos”, comentan los expertos.

Uno de los pacientes fue sometido a seguimiento médico durante casi dos años después del trasplante y el otro durante tres años y medio, y “no hay rastro del virus”, según informó la organización en un comunicado.

Brown, el precedente

Ambos casos recuerdan al de Thimothy Brown, conocido como “el paciente de Berlín”, que dejó de tomar los antirretrovirales para someterse a un complicado tratamiento con células de un donante para combatir una leucemia mieloidea. Posteriormente, su organismo no dio nuevos signos de VIH.

No obstante, los expertos señalan que, a diferencia de Brown que recibió células madre del tipo denominado CD4 que no poseen el receptor CCR5 -necesario para que el virus se propague por el organismo-, los dos pacientes del estudio recibieron células comunes.

Gracias a la eficacia de la terapia antirretroviral continua, las células que repoblaron el sistema inmune de los pacientes parecen estar protegidas de ser reinfectadas por el virus, “una información muy importante”, señalaron los expertos.

Aún así, los médicos se mantienen cautelosos y, a la pregunta de si podrían considerar que los pacientes están curados, Kuritzkes señaló que están siendo “muy cuidadosos en no hacer eso”, según declaraciones recogidas por el canal de televisión MSNBC. De momento, los dos hombres están tomando fármacos antirretrovirales hasta que se les puedan ir retirando bajo condiciones experimentales.