Hay algunas empresas que hacen cualquier cosa por conseguir un impacto publicitario cueste lo que cueste. Pero una compañía de cosméticos de Chongqing (China) ha superado con creces todos los límites.

No le ha servido con una campaña agresiva de anuncios, con una batería de vídeos virales, con regalar productos de belleza como si no hubiera mañana… Al presidente de la corporación se la he ocurrido la fastuosa idea de poner a gatear a todos sus empleados por la plaza más concurrida de la localidad, para ver cómo soportaban la presión y la vergüenza de sentirse observados por todo el mundo.

Según declaraciones del empresario a un medio local, “fue un simple ejercicio. Quería conocer los límites de mis trabajadores, ver qué grado de compromiso tenían con la compañía“.

Sé que el trabajo es un bien muy preciado en esta época de recesión y de crisis. Pero este ejemplo pasa los límites.