Científicos holandeses crean carne de laboratorio, de coste aún prohibitivo, con células madre de los cuellos de vaca desechados en los mataderos.

Aunque definitivamente se la puede considerar como un “plato exclusivo”, lo cierto es que la carne de esta hamburguesa no proviene de ningún animal extremadamente raro o en peligro de extinción. En realidad, los 141 gramos de tejido que la componen fueron creados completamente en el laboratorio.

El concepto de cultivar carne tiene gran presencia en el territorio de la ciencia ficción, pero un grupo de científicos de la Universidad de Maastricht en Holanda lo ha convertido en realidad. Los debates éticos y morales serán inevitables para esta carne in vitro, pero sus potenciales beneficios en bienestar animal, reducción del impacto ambiental y el combate contra el hambre quizás puedan equilibrar la balanza.

Un paquete de patatas fritas probablemente tenga conservantes y colorantes artificiales. Si bebemos un vaso de zumo de naranja, existe la posibilidad de que solamente el cinco o el diez por ciento de ese jugo sea efectivamente de naranja. La ciencia ya tiene un lugar establecido en la comida, para bien o para mal. Eso también incluye al ganado, aunque en este caso las técnicas específicas y la optimización de rendimiento quedan a un lado. En vez de asistir a la cría de ganado, la ciencia busca crear carne en el laboratorio.

“Carne cultivada” y “carne in vitro” son algunos de los términos que se usan para describirla, y aunque existen avances importantes, su coste aún es prohibitivo, un detalle que queda en evidencia con esta hamburguesa de 325.000 dólares (unos 252.000 euros) y 141 gramos de peso.

La hamburguesa es una creación del doctor Mark Post y su equipo en la Universidad de Maastricht. De hecho, la hamburguesa será cocinada y servida dentro de algunas semanas en un evento exclusivo que se llevará a cabo en Londres, y que aparentemente tendrá la participación de un chef de alto nivel.

El plan original era “preparar” la hamburguesa en noviembre pasado, pero todo debió retrasarse por cuestiones de producción. De más está decirlo, cultivar carne es extremadamente complicado. El doctor Post utiliza células madre provenientes de los cuellos de vacas que son descartados en algunos mataderos.

La hamburguesa está compuesta por unas veinte mil tiras de tejido muscular, que a su vez demandan miles de millones de células cultivadas en suero de fetos de terneros. Este suero deberá ser eventualmente reemplazado por un equivalente de origen sintético, pero el proceso nunca podrá liberarse del todo de su dependencia animal, lo cual establece que el resultado final “es carne real”, solo que hecha de otra forma.

Segura y saludable

Tanto Post como otros colegas en la misma rama de investigación aseguran que la carne cultivada es segura, e incluso tiene el potencial de ser más saludable que la carne tradicional. También se han mencionado beneficios ambientales y de protección animal, ya que una producción en masa de carne cultivada eliminaría los requerimientos asociados al ganado y reduciría la emisión de gases. En una época en la que Naciones Unidas recomienda comer insectos para combatir el hambre, la carne cultivada se presenta como una polémica alternativa para el mundo occidental.

Fuente: http://www.abc.es