Por: Ian Kerner

Nota del editor: Ian Kerner es un consejero sexual y autor exitoso del New York Times. Los jueves escribe sobre sexo en The Chart. Lee más sobre él en su sitio web, GoodInBed.

En una relación comprometida, nada lastima más ni es más difícil de superar que la infidelidad. Y esto es incluso más cierto cuando es la mujer quien ha estado engañando a su pareja. En años recientes me he percatado de un aumento en el número de hombres que han sufrido adulterio, y aunque existe un consenso general entre los especialistas de que la infidelidad femenina está en aumento, la tendencia no llama la misma atención que la infidelidad masculina.

Esto es sorprendente, pues los casos de mujeres infieles suelen ser más dañinos para el matrimonio. No me malinterpreten: cuando los hombres engañan, sin duda es hiriente; pero cuando las mujeres lo hacen, suele ser la sentencia de muerte para la relación de pareja.

Se suele decir que los hombres engañan por sexo, mientras que las mujeres engañan por amor. La teoría indica que los hombres pueden separar más fácilmente el sexo y las emociones, mientras que las mujeres suelen necesitar experimentar una conexión emocional con una persona antes de sentir deseo sexual.

Sin estas latosas emociones, un hombre es mucho más propenso a meterse en problemas (sobre todo si hay alcohol de por medio y las inhibiciones desaparecen) o a involucrarse con alguien por quien no siente nada.

Esto no quiere decir que los hombres no sean parte de quienes engañan porque son infelices, buscan una conexión emocional o simplemente por aburrimiento en su relación, pero muchos de los que conozco que han engañado a sus esposas suelen no tener deseos de abandonar su relación primordial. Muchos de ellos se caracterizan por tener matrimonios felices con vidas sexuales satisfactorias.

Ésta es una de las razones por las que suele haber mejores oportunidades para que la pareja permanezca junta e intente resolver las cosas cuando el hombre es quien engañó, y no la mujer.Para los hombres, el engaño suele ser oportunista: están en el lugar incorrecto en el momento incorrecto y engañar no significa necesariamente algo emocional, mientras que con las mujeres, el deseo de engañar es menos oportunista e involucra más sentimientos: viene más del corazón que de los genitales.

Sí, algunas mujeres engañan por sexo, pero también engañan por otra oportunidad de amor, o para confirmar que su relación principal ya terminó. Una mujer que engaña suele no querer resolver las cosas: ya invirtió tiempo intentando resolverlas y ya se rindió. Es demasiado tarde.Aunque no hay estadísticas sobre la infidelidad femenina, la mayoría de los expertos coincide en que va al alza, sobre todo entre las mujeres que tienen una carrera e independencia financiera. Un estudio realizado por la Universidad de Washington descubrió que la gente que ganaban 75,000 dólares o más al año era 1.5 veces más propensa a tener sexo fuera del matrimonio que los que ganan menos de 30,000 dólares. Y con tantas mujeres en el campo laboral, no es ninguna sorpresa que, entre las personas casadas que engañan, el 46% de las mujeres y el 62% de los hombres lo hicieran con alguien del trabajo.

Otro factor en aumento en la infidelidad femenina es internet. La infidelidad sexual suele comenzar con la infidelidad emocional, y la tecnología digital ofrece muchas oportunidades de conexiones emocionantes y emocionales: el regreso de un ex, un coqueteo de oficina, una amistad en Facebook que crece.

Las mujeres son extremadamente susceptibles a la infidelidad emocional, que comienza como una amistad, con frecuencia con colegas o relaciones en línea aparentemente inofensivas, que progresan lentamente para convertirse en algo más. Un desenfoque gradual de las líneas entre la amistad y la intimidad profunda hace que incluso la gente que está feliz en su relación caiga.

  • ¿Cuáles son algunas de las señales de que una mujer podría estar engañando o pensando en hacerlo?
  • Muestra menos interés general en lo que ocurre en la vida de su pareja
  • Se arregla para ir a trabajar, pero le importa menos si su pareja la encuentra o no atractiva
  • Tiene menos interés sexual en su pareja
  • Mantiene un horario irregular y pasa más tiempo en el trabajo
  • Parece feliz, excepto cuando está con su pareja
  • Muestra menos tolerancia hacia amigos y familiares de su pareja
  • Hay problemas sin resolver en la relación que han sido ignorados o no han sido arreglados de una forma satisfactoria para ella
  • Está en un matrimonio que gira en torno a los niños y prioriza la paternidad e ignora la relación de pareja, con pocas oportunidades de romance y tiempo a solas

Hombres: ¿creen que su esposa nunca los engañaría? Piénsenlo de nuevo. Cuando los hombres se enojan por algo, suelen sacarlo, pero las mujeres suelen guardar silencio y callar sus emociones.

Como dice Helen E. Fisher, profesora investigadora de antropología en la Universidad Rutgers, “Los hombres quieren pensar que las mujeres no engañan, y las mujeres quieren que los hombres piensen que ellas no engañan, y por lo tanto, los sexos han estado jugando un juego psicológico entre sí”.

Quizás no es tanto un juego sino una reflexión de un estándar y cultura doble del perdón que favorece a los hombres (expresiones como “hombres al fin”) cuando se trata de engañar. Pero como estamos aprendiendo, el engaño es un deporte de oportunidades iguales, y lo practican tanto hombres como mujeres.